Las señales que delatan a un mentiroso
Un estudio científico sobre la mentira
Saber detectar a un mentiroso es muy útil, más allá del hecho de no permitir que nos tomen le pelo. Especialmente puede ayudar a la policía a encontrar criminales que intentan ocultar sus delitos y, por eso, existen muchos científicos que han basado sus investigaciones en la búsqueda de una serie de señales delatoras. Éste es el caso de la psicóloga forense de la Universidad de California Leanne ten Brinke y la experta en comportamiento y análisis del lenguaje corporal Lillian Glass; que desarrollaron un estudio en colaboración con JJ Newberry, agente federal del FBI y la psicóloga privada Jenn Berman. Las señales que, según sus investigaciones, delatan a un mentiroso son las siguientes:
Cambios en la respiración
Las situaciones tensas, por lo general, dan lugar a un cambio en nuestro ritmo cardíaco y el flujo sanguíneo, que se puede exteriorizar a través de alteraciones en la respiración, algo que se puede ver a simple vista observando las subidas y bajadas de los hombros del posible mentiroso. Estaréis de acuerdo conmigo en que mentir, por lo general, es una situación tensa. Es cierto que hay verdaderos expertos para los que mentir no implica ningún tipo de tensión, pero para eso os vamos a dar unas cuantas señales más.
Preguntas inesperadas
Si queréis saber si alguien miente, un buen método puede ser hacerles una pregunta que no esperan. Esto es muy útil porque, cuando alguien va a mentir de manera premeditada, posiblemente haya considerado todas las preguntas que tendrá que responder. Por eso, hacerles una pregunta rara, que no se le haya pasado por la cabeza, los dejará sin recursos y,quizás, su lenguaje corporal les delate. Más allá de lo que digan estos investigadores, como dato, os diré que yo eso lo he hecho y funciona, incluso puede resultar divertido. Siempre que el posible mentiroso no sea un criminal, claro.
Exceso de detalles
Si le preguntáis a alguien dónde estuvo la tarde anterior y os afirma que fue a comprarle un regalo de cumpleaños a su hermana, que optó por un vestido de encaje azul, pero que no pudo comprarlo porque sólo quedaba la L y su hermana usa una M, es bastante probable que os esté mintiendo. Como os dije antes, las mentiras suelen estar elaboradas, demasiado elaboradas en algunos casos. Además, todo esto corrobora la locución latina “Excusatio non petita, accusatio manifesta” o, lo que es lo mismo, si no has hecho nada, ¿ para qué te vas a molestar en dar millones de excusas?
Repetición excesiva de palabras y frases
El uso de lo que comúnmente llamamos “coletillas” es perfecto para inventar una excusa mientras tanto. Por ejemplo, imaginad que vuestra pareja os pregunta: “Cariño, ¿sabes qué días es hoy?”. Si no tenéis ni idea de la respuesta probablemente contestéis algo como “Pues la verdad es que hoy es un día….”. Mientras decís todo eso hacéis un repaso mental a los eventos importantes del calendario y, de paso, a la serie de regalos entre los que elegiréis para pedir disculpas por el olvido.
Movimientos de los pies
Curiosamente, estos investigadores han comprobado que, cuando alguien miente, la necesidad de querer salir cuanto antes de la situación le lleva a arrastrar los pies de forma nerviosa. Así que, ya sabéis, no los perdáis de vista.
Miradas fijas, sin pestañear
Comúnmente, los mentirosos suelen sentirse incómodos al mantener el contacto visual con su interlocutor. Por eso, en ocasiones, piensan que la mejor manera de camuflar la mentira es mirar fijamente, llevándolo tan al extremo que se olvidan de pestañear.
Actuación defensiva
Cuando alguien miente, suele estar toda la conversación a la defensiva. Es un caso similar al de las explicaciones demasiado detalladas. Intentan defenderse en todo momento, señal inequívoca de que, por supuesto, tienen algo de lo que defenderse.
Como veis, no es tan difícil cazar a un mentiroso, especialmente si no es un experto. Por eso, lo mejor, como os decíamos, es no mentir. Y mucho menos hacerlo regularmente. Que si no, cuando de verdad venga el lobo, nadie os va a creer.
Vía: The science explorer