Por qué los envases de plástico son peligrosos para nuestra salud
El bisfenol A es una sustancia responsable de los peligros del plástico para nuestra salud. Os contamos a qué se deben y qué precauciones debemos tomar.
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Cada vez se conocen más los perjuicios que supone para nuestra salud el bisfenol A, presente en botellas y otros envases de plástico.
“Hijo, mete la botella debajo de la sombrilla, que si le da el sol el agua se vuelve tóxica“. Ésta es la frase estrella de muchas madres nada más llegar a la playa y la verdad es que no les falta razón.
La culpa la tiene el bisfenol A, un compuesto orgánico que últimamente se ha convertido en el centro de una gran polémica al nivel científico. Y es que, mientras la FDA afirma que nuestro organismo lo elimina fácilmente antes de que llegue a ser perjudicial, muchos estudios científicos demuestran lo contrario, alegando que se encuentra presente en la orina del 90% de los humanos. El último de éstos ha sido realizado en la Universidad de Harvard y pone de manifiesto cómo afecta esta sustancia al éxito de los tratamientos de fertilidad.
¿Qué es el bisfenol A?
El Bisfenol A (BPA), es un compuesto orgánico que se usa para dar rigidez a algunos tipos de plástico y evitar que se astillen. Aunque ya en 1930 comenzaron las sospechas sobre su dudosa inocuidad, no ha sido hasta el siglo XXI cuando muchos gobiernos han comenzado a hacer tomar conciencia a sus ciudadanos de los peligros que entrañan ciertas prácticas, como exponerlo al calor (de ahí lo de la botella de agua). Además, muchos productos elaborados a partir de este compuesto han sido retirados del mercado.
¿Cómo se producen los peligros del plástico para nuestra salud?
Esta sustancia es un disruptor endocrino, pues altera el funcionamiento normal de nuestras hormonas, afectando a nuestra salud de muchas formas diferentes.
Vale, eso está muy bien, pero nosotros no comemos plástico, ¿cómo puede ser que nos afecte tanto? Básicamente, porque esta sustancia pasa con mucha facilidad a los alimentos y líquidos contenidos en los envases, especialmente si se someten a altas temperaturas.
Los efectos pueden ser a diferentes niveles:
-A nivel reproductivo se ha asociado a una disminución del número de espermatozoides, debido a un mal funcionamiento del proceso de espermatogénesis. Además, es capaz de imitar a los estrógenos, compitiendo con ellos hasta el punto de bloquear su funcionamiento, razón por la que se ve afectada la fertilidad femenina, tanto natural, como en procesos de reproducción asistida.
-Altera el cerebro y el comportamiento, debido a sus efectos negativos sobre la diferenciación de neuronas y los sistemas mediados por dopamina y glutamina.
-Del mismo modo que compite con los estrógenos, también lo hace con la hormona tiroidea. Sin embargo, este efecto se ha podido comprobar en anfibios y roedores, pero no en humanos.
-Aumenta la síntesis de lípidos, por lo que puede producir enfermedades asociadas a la acumulación de grasas, como los trastornos del corazón. Además, también produce resistencia a la insulina, pudiendo derivar en diabetes tipo II.
-En animales también se ha demostrado su posible implicación en la aparición de procesos alérgicos y enfermedades intestinales.
Todo esto, además, se puede asociar con diferentes tipos de cáncer.
¿Contienen bisfenol A todos los plásticos?
Si queréis saber si esta sustancia está presente en los envases de plástico que utilizáis normalmente, no tenéis más que buscar en ellos un triangulito formado por flechas. En si interior, veréis un número que sirve como indicador de la composición del plástico. Así, si aparece 1,2,4 o 5, significa que no contiene bisfenol A, aunque el 1 puede contener otras sustancias perjudiciales.
Por otro lado, el tipo 3 sí que puede contener bisfenol A, al igual que el 6 y el 7; que, además, poseen otras muchas sustancias altamente carcinógenas.
Por lo tanto, aunque no debemos obsesionarnos, no está de más comprobar qué tipo de sustancias estamos poniendo en contacto con nuestros alimentos. Al menos así, podremos tomar algunas precauciones.