refresco

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Tecnología

¿Qué pasaría si sólo bebiéramos refrescos?

Os contamos por qué beber refrescos a diario en lugar de agua sería una mala idea si queréis mirar por vuestra salud.

2 mayo, 2016 12:54

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Ya sean de cola, limón, naranja o cualquiera de las muchas variantes que existen, los refrescos son uno de esos placeres a los que nos resulta casi imposible resistirnos.

¿Quién no recuerda esas fiestas de cumpleaños infantiles en las que mezclábamos todos los refrescos que había sobre la mesa a la espera de conseguir un sabor genial e inigualable? Con los años dejamos de mezclarlos entre sí para añdirles todo tipo de bebidas alcohólicas, pero lo cierto es que, ya sea aliñados o sin aliñar, forman parte de nuestras vidas de una manera muy activa.

Como ocurre con todo en esta vida, la importancia está en la dosis y, por lo tanto, no nos pasará nada malo si tomamos estas bebidas de forma ocasional, ¿pero qué pasaría si fuese lo único que bebiéramos a lo largo del día? Se han realizado algunos estudios al respecto, e incluso hay gente que lo ha probado en sus propias carnes, no sabemos si por amor a la ciencia o a las experiencias peligrosas; pero, como cuentan ASAP Science en su canal de Youtube, no es una buena idea intentarlo.

¿Cómo afecta beber refrescos a nuestros dientes?

caries

caries

Cuando bebemos un refresco la primera parte de nuestro organismo que entra en contacto con él es la boca y, de hecho, ya desde ahí empieza a causar estragos. Para empezar, actúa negativamente sobre los dientes, ya que sirven de alimento a las bacterias bucales, que transforman el azúcar en ácido láctico, de modo que se produce un aumento de la acidez y, como consecuencia, el deterioro del esmalte, que de por sí es corroído por el resto de ingredientes de esta bebida. De este modo, terminarán por aparecer las temidas caries y el sarro, que no es más que la agrupación de estos microorganismos a lo largo de la dentadura.

¿Qué otros efectos negativos produce el azúcar del refresco?

azucar

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Una lata de refresco contiene aproximadamente 48 gramos de azúcar que, cuando entra en nuestro organismo, activa los sistemas de recompensa cerebrales, conocidos por ser los responsables de las adicciones, y propicia que necesitemos beber más, para mantener esa dulce y agradable sensación.

Ahí es donde entra en juego nuestra fuerza de voluntad para evitar que sigamos bebiendo más y más. Y es que, si cambiásemos por refresco los ocho vasos de agua que se recomienda beber al día, estaríamos tomando 5.432 calorías extra y, con ello, condenándonos a un gran número de consecuencias perjudiciales, como la obesidad. Otro problema es que, a menudo, estas bebidas contienen fructosa, un azúcar que resulta muy difícil de digerir para nuestro organismo, de modo que acaba generando un exceso de grasa en el hígado; algo que, como sabéis, se origina a un aumento de las posibilidades de contraer enfermedades cardiovasculares.

Además, se inhibe la acción de la leptina y la insulina, dos hormonas que, entre otras funciones, sirven para avisarnos cuando estamos llenos para que no sigamos comiendo. Por lo tanto, si no funcionan correctamente, no nos sentiremos saciados y seguiremos comiendo, haciendo que todos los problemas de los que hemos hablado se sigan magnificando.

Por otro lado, no debemos olvidar que la falta de insulina también puede desencadenar la aparición de diabetes.

Beber refrescos también nos hace envejecer más rápido

Cromosomas

Cromosomas

Los cromosomas que se encuentran en todas nuestras células poseen en sus extremos unas estructuras, denominadas telómeros, que evitan que se pierda información importante a medida que las células se dividen. Esto se debe a que están formados por ADN que no codifica para ningún tipo de gen, por lo que no pasa nada si se pierden, al contrario de lo que ocurriría si estas estructuras no estuviesen ahí y tras las divisiones se perdiera el ADN que codifica para genes importantes.

Por lo tanto, la mejor medida del estado de envejecimiento de una persona es la longitud de los telómeros de sus cromosomas; pues, si éstos son largos, indica que aún pueden desencadenarse muchas divisiones sin problema alguno, mientras que si son cortos significa que el ADN codificante comenzará a correr peligro pronto.

Existen muchos factores, como el estrés, capaces de acelerar el acortamiento de los telómeros, pero es mucho menos conocido cómo lo hacen los refrescos, ya que se ha comprobado que las personas que toman habitualmente este tipo de bebidas sufren un acortamiento acelerado, similar al que se ha observado en fumadores habituales.

El caso de la mujer que bebió dos litros de refresco diarios durante dieciséis años

mujer-refresco

mujer-refresco

Vale, ¿entonces qué pasaría si sólo bebiésemos refresco a diario? Se conoce el caso de una mujer que decidió beber dos litros al día durante dieciséis años. ¿Por qué dieciséis años? Básicamente porque fue en ese momento cuando tuvieron que hospitalizarla de urgencia, con sólo treinta y un años de edad. Sufría arritmia y desmayos y un nivel muy bajo de potasio en sangre, debido al efecto de la cafeína y la fructosa, que favorecen una pérdida de este elemento a través de la orina y la diarrea, de la que también son responsables.

Sin embargo, el mal rato que pasó le sirvió como escarmiento y, después de cambiar los refrescos por agua y comenzar a llevar una vida sana, recuperó su salud y los niveles normales de potasio se restablecieron.

Después de leer todo esto, ¿qué os parecería cambiar por un vaso de agua esa latita de refresco que quizás tengáis junto a vosotros ahora mismo? Vuestra salud os lo agradecerá.