La empresa de biotecnología que quiere resucitar el cerebro de los muertos
Una empresa biotecnológica ha conseguido el permiso para comenzar un ensayo sobre la reactivación cerebral de pacientes en muerte cerebral.
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Por eso, existen una serie de comités que determinan si ciertas prácticas desafían los principio de la bioética y se encargan de otorgar los permisos necesarios para llevar a cabo estudios que incluyan estas actividades que se consideran dudosas.
Y precisamente uno de esos permisos es el que acaba de recibir Bioquark, una empresa de biotecnología que va a comenzar un ensayo clínico con 20 pacientes en estado de muerte cerebral a los que tratarán de reactivar su sistema nervioso. Dicho muy brusco y poco técnico, digamos que pretenden resucitarlos y aunque pueda sonar un poco descabellado no debe serlo tanto, pues el estudio ya ha sido aceptado por la Junta de Revisión Institucional de los Estados Unidos y la India y comenzará a llevarse a cabo inmediatamente.
¿En qué consistirá este estudio para reactivar cerebros muertos?
El estudio, al que han bautizado como ReAnima, se llevará a cabo en un hospital de la India, donde se tratará de reactivar el sistema nervioso de un grupo de pacientes en muerte cerebral que se mantienen conectados a máquinas para poder seguir con vida.
Para ello, combinarán una serie de técnicas usadas habitualmente en medicina, pero no todas se administrarán con la misma periodicidad.
En primer lugar, les suministrarán diariamente una inyección de péptidos en la médula espinal. Por otro lado, se les inyectarán células madre en el cerebro dos veces por semana, con el fin de favorecer que el tejido muerto se regenere.
Todo esto se combinará con una terapia no invasiva basada en la administración transcraneal de la luz de un láser, que tratará de reactivar los procesos naturales del cuerpo. Esta es una técnica habitual en trastornos como las migrañas o el Parkinson, pero supone todo un reto utilizarlo en este tipo de pacientes, en los que hay mucho más que restablecer.
Por último, también emplearán otro tipo de terapia no invasiva consistente en la emisión de pulsos eléctricos sobre el nervio mediano del miembro superior.
Si todo va bien, esperan encontrar poco a poco cambios perceptibles en la saturación de oxígeno en la sangre, la presión arterial y la respiración de estos pacientes, de modo que en un futuro pudiesen llegar a mantener parte de sus constantes vitales sin necesidad de seguir conectados a una máquina.
¿Cuáles serán las consecuencias positivas de la reactivación cerebral de estos pacientes?
No será un proceso fácil, pero estos investigadores creen que si una salamandra puede regenerar casi cualquier parte de su cuerpo gracias a las células madre y, además, la medicina regenerativa ya ha conseguido algunos avances en humanos, no es descabellado regenerar el cerebro de pacientes en muerte cerebral.
Por otro lado, cualquier pequeña mejoría puede suponer mucho más a parte de las ventajas obvias de “resucitar” a alguien que necesita estar conectado a una máquina para sobrevivir, ya que también servirá para comprender mejor el estado de muerte cerebral humana, pudiendo conectar los resultados con el desarrollo de nuevas opciones terapéuticas para otros trastornos graves de la conciencia, como el coma y el estado vegetal, y para enfermedades degenerativas del sistema nervioso central, como el Alzheimer o el Parkinson.
Lógicamente falta muchísimo por descubrir y no sabemos si el estudio saldrá bien, pero de momento el simple hecho de que estos científicos hayan recibido los permisos necesarios es suficiente para dejar de verlos como “doctores Frankenstein” y comenzar a verlos como lo que son: atrevidos investigadores de uno de los campos que más darán que hablar en los próximos años, la medicina regenerativa.