Los seres humanos tenemos la virtud de poder usar el libre albedrío al tomar decisiones.

O al menos eso es lo que creemos. Desde tiempos inmemoriales los filósofos han tenido mucho que decir al respecto, pero según un estudio reciente llevado a cabo por psicólogos de la Universidad de Yale, la ciencia también están muy implicada en este tema.

Y es que, según ellos, no somos esclavos de la sociedad, ni de la política, ni del capital, o al menos no sólo de ellos, sino que también hay alguien que realmente hace con nosotros lo que quiere y nos obliga a tomar decisiones sin ningún tipo de libertad. Y ése no es otro que nuestro cerebro.

¿En qué consistió el estudio que demostró que no tenemos libre voluntad?

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Este estudio fue llevado a cabo con un grupo de veinticinco voluntarios adultos jóvenes, sin ningún tipo de trastorno mental diagnosticado, que fueron sometidos a dos pruebas.

En la primera, se les mostraban cinco círculos blancos, entre los cuáles uno de ellos se volvía de color rojo en un momento dado. Según los cálculos de probabilidad, si se pregunta a los participantes cuál será el círculo que cambiará de color, tendrán un 20% de posibilidades de acertar (1 entre 5) y, de hecho, en la primera repetición el porcentaje fue más o menos ese. Sin embargo, si se les daba muy poco tiempo para contestar, el porcentaje de aciertos aumentaba hasta situarse por encima del 30%.

Por otro lado, se realizó una segunda prueba en la que se les mostraban una serie de círculos de colores y se les preguntaba si el que saldría a continuación emparejaría su color con el del anterior. En este caso tenían un 50% de posibilidades de acertar y de nuevo fue así en el primer caso, pero al pedir una contestación más rápida, se obtenía un 62% de respuestas correctas.

¿Qué tienen que decir estos resultados sobre nuestra libre voluntad?

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Según los psicólogos que han llevado a cabo el estudio, el aumento del porcentaje de respuestas correctas en ambos casos se debe a que los participantes ya estaban viendo la respuesta cuando contestaron, aunque no eran conscientes de ello.

Por lo tanto, cuando tenemos que tomar decisiones rápidas y no tenemos tiempo de reflexionar, es nuestro subconsciente el que decide por nosotros.

Lógicamente, esto es una simple teoría basada en la experimentación, aunque tiene bastante sentido. Además, si lo pensáis, pensar en ello es incluso reconfortante. Al fin y al cabo, puestos a que alguien decida por nosotros, mejor que sea nuestro subconsciente, que al menos sabe lo que nos conviene.