Los seres humanos nos empleamos a fondo para tener dinero, coches caros, ropa de marca y otras mil y una banalidades, pero a veces no nos damos cuenta que nuestro tesoro más preciado es bastante más simple.

Que sí, que tener dinero mola y a mí también me encantaría tener mucho más del que tengo, pero lo cierto es que sin ropa cara podemos vivir, pero sin comida, bebida, oxígeno y sueño no.

Sin embargo, hemos desarrollado la capacidad evolutiva que nos permite vivir sin estas necesidades durante un tiempo determinado, que puede aumentar un poco si se trata de súper héroes de los de verdad. Precisamente por eso en Tech Insider han hecho una pequeña revisión de cuáles son las personas que ostentan el récord en soportar estas condiciones extremas. Nosotros también os lo vamos a contar, pero no se os ocurra intentarlo, pues el experimento os podría salir muy pero que muy caro.

¿Cuánto tiempo puede vivir alguien sin respirar?

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No es necesario que vengamos nosotros ahora a contaros cómo de necesario es el oxígeno para todos los seres vivos. Sin él no podríamos vivir y la verdad es que los seres humanos no somos precisamente los que más aguante tenemos en este aspecto. Por lo general, si nos pasamos de los tres minutos sin respirar nuestro cerebro puede comenzar a sufrir daños; aunque, entrenándose correctamente, algunos profesionales como los buzos pueden aguantar bastante más.

Éste es el caso de Stephane Misfud, que en 2009 ganó el récord en este ámbito al permanecer 11 minutos y 35 segundos parado bajo el agua sin respirar.

Aguantar la respiración dentro del agua es más fácil que fuera, debido a una función conocida como “Respuesta de buceo de los mamíferos”, que hace que sea más sencillo evitar el reflejo de respirar cuando nos encontramos en el agua. Sin embargo, los problemas de permanecer sin oxígenos siguen siendo los mismos; así que, insistimos, no lo intentéis. Ni dentro ni fuera.

¿Cuánto tiempo podemos vivir sin beber agua?

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Ya os hemos hablado en muchas ocasiones de lo necesaria que es el agua para nuestro organismo siempre que consumamos las cantidades recomendadas.

Esto es lógico si tenemos en cuento que este preciado líquido compone dos tercios de nuestro cuerpo, por lo que las consecuencias de su ausencia pueden ser desastrosas para nuestra salud.

Somos capaces de aguantar un tiempo sin beber, pero por norma general nos encontramos en peligro si sobrepasamos los tres días. Y cuando hablamos de “norma general” no nos referimos sólo a la existencia de personas capaces de soportar mucho más, de una de las cuáles os hablaremos ahora, sino también a que la demanda de agua responde a la necesidad de mantener el equilibrio con lo que perdemos a través del sudor, la orina y la respiración. Por eso, si acabamos de someternos a un ejercicio muy intenso ese periodo de tiempo disminuirá muy drásticamente, de modo que podría llegar a ocasionarse la muerte si no se bebe en unas horas.

En el otro extremo está el caso de Andreas Mihavecz, un joven de 18 años que en el año 1979 fue abandonado por la policía por error en una celda de detención durante 18 días. Se supone que el récord es suyo, pero también hay que admitir que pasó todo ese tiempo lamiendo la condensación presente en las cuatro paredes que lo recluían, por lo que sí que tuvo un pequeño aporte de agua.

¿Durante cuánto tiempo podemos aguantar sin comer?

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¿Y qué me decís de la comida? Todos hemos experimentado en algún momento esa situación de estar tan ocupados que retrasamos la comida unas pocas horas. Cuando eso ocurre con el tiempo comenzamos a sentir debilidad y problemas para razonar, así que imaginad lo que pasaría si alargásemos esa condición demasiado tiempo.

Hay que reconocer que el ayuno es una de las privaciones que mejor resistimos los seres humanos, pero aún así sufrimos las consecuencias. El periodo que podemos soportar no está claro, aunque las huelgas de hambre que han tenido lugar a lo largo de la historia nos pueden servir para hacernos una idea.

Por ejemplo, Mahatma Gandhi aguantó 21 días sin comer nada y vivió para contarlo, al contrario que Terence McSwiney, que no pudo contar a sus nietos que batió el récord permaneciendo 74 días en huelga de hambre. Ni a sus nietos ni a nadie, porque desgraciadamente el ayuno le costó la muerte en el año 1920.

Esto se debe a que, al no poder obtener la glucosa de los alimentos ingeridos, el organismo toma para ello el glucógeno contenido en órganos como el hígado y los músculos. Si todo sigue igual a continuación pasa a extraer las reservas de grasa y, por último, sus propias proteínas, por lo que las funciones vitales se ven gravemente alteradas.

¿Podemos vivir sin ver la luz del Sol?

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Este caso es un poco menos grave, pero tampoco resulta especialmente agradable. Se ha podido comprobar en el caso de un grupo de niños rusos que habían permanecido toda su vida ocultos en unas catacumbas en Tatarstan. El mayor de ellos había pasado al completo sus 19 años en esas condiciones y aún así seguía con vida, por lo que parece ser que la ausencia de luz del Sol no resulta mortal. Eso sí, debe tomarse vitamina D para evitar el raquitismo y ni así se pueden evitar otras consecuencias desagradables como problemas de sueño y estado de ánimo resultantes de la disminución de los niveles de serotonina.

¿Podemos vivir sin dormir?

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Dormir es otra de las grandes necesidades humanas que a veces nos tomamos demasiado poco en serio. Ya os hemos contado muchas veces los efectos negativos resultantes de dormir menos horas de las necesarias, pero aún es mucho peor si pasamos varios días sin dormir.

Y es que el sueño es un acto necesario para nuestro cerebro, que aprovecha ese periodo para afianzar los recuerdos del día anterior y, según algunos científicos, también para limpiarse de toxinas.

Por eso, las personas que padecen una terrible enfermedad conocida como insomnio familiar fatal pueden llegar a sufrir problemas tan graves como la muerte.

No llegó a tanto Randy Gardner, un joven estudiante que en 1965 aguantó 11 días sin dormir. ¿Lo hizo por enganchar varias fiestas en Ibiza? ¿Por aprobar los exámenes de junio? Pues no, el motivo fue el simple deseo de experimentar qué pasaría. Para que veáis hasta dónde puede llegar el amor por la ciencia.

Sorprendentes todos los casos, ¿verdad? Eso sí, os volvemos a repetir que por mucho amor que vosotros le tengáis a la ciencia y la experimentación lo mejor será que no intentéis vivir sin necesidades básicas como oxígeno, comida, agua, luz del Sol o sueño. Lo mejor es leerlo y al menos poder contarlo.