El nuevo método para buscar y descubrir la siguiente Tierra
Un grupo de investigadores de la Universidad de Yale acaba de dar un factor muy importante a tener en cuenta en la búsqueda de nuevos planetas habitables.
24 agosto, 2016 17:04Noticias relacionadas
- India lanza la misión que le puede convertir en el cuarto país en llegar a la Luna
- Tu nuevo fondo de pantalla ha sido posible gracias a una vela solar
- Duro como una piedra o blando como la gelatina: este material dinámico cambia con la iluminación
- Esta lengua electrónica puede "probar" y analizar líquidos en solo un minuto
En este blog hemos contado numerosos ejemplos del empeño que pone la ciencia en la búsqueda de nuevos planetas habitables, quizás con el fin de ocuparlos algún día, cuando nos carguemos el nuestro.
Han sido muchos los métodos utilizados para ello, pero en general todos se centran en la búsqueda dentro de la zona conocida como “Ricitos de Oro”, que se encuentra lo suficientemente cerca de su estrella para que el agua no se congele por las bajas temperaturas, pero a una lejanía adecuada, para que tampoco se evapore por las altas.
Por otro lado, algunos investigadores tienen también en cuenta la temperatura interna del planeta, asociada a la convección del manto; que, a través del movimiento de las rocas subterráneas, genera la contención o dispersión del calor. Sin embargo, en un nuevo estudio, publicado en Science Advances, se pone de manifiesto un nuevo factor muy importante, que debe tenerse en cuenta para encontrar otros planetas con condiciones similares a la Tierra.
¿Por qué es tan importante la temperatura en la búsqueda de nuevos planetas?
Hasta donde conocemos, el agua es una sustancia indispensable para la existencia de vida, pero para ello debe encontrarse en estado líquido, por lo que es primordial que se mantenga a una temperatura ni muy fría ni muy caliente.
Es por eso que los científicos han establecido la zona conocida como Ricitos de Oro como el lugar idóneo para buscar planetas habitables, pues se encuentran a la distancia perfecta de la estrella en torno a la que giran, que en nuestro caso, como sabéis, es el Sol.
En cuanto a la convección del manto, este movimiento de rocas puede dar lugar a cambios muy importantes de temperatura, pero según muchos investigadores los planetas tienen sus propios mecanismos de termorregulación que aseguran que, a pesar de todo, la temperatura interna termine siendo la adecuada.
Sin embargo, según los científicos de la Universidad de Yale, responsables del estudio que nos ocupa hoy, lo más importante a tener en cuenta no son estos mecanismos de regulación interna, sino el estado en el que se encontraba el planeta en el momento que se formó.
De hecho, si tomamos como ejemplo la Tierra, durante su evolución la convección del manto se ha mostrado indiferente a la temperatura interna, por lo que no ha sido un factor tan relevante como la temperatura que ésta tenía en el instante de su formación.
Seguramente esto dará nuevas pautas de búsqueda a los astrónomos, pero no por ello deja de ser una ardua tarea encontrar esta aguja habitable en el pajar del universo.