La pregorexia, la anorexia del embarazo
Os hablamos de la pregorexia, un trastorno de la conducta alimentaria que se da en mujeres embarazadas que se obsesionan con los cambios de su físico.
10 septiembre, 2016 12:01Noticias relacionadas
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Para la mayoría de mujeres, el embarazo es un momento precioso de sus vidas, pues se trata de nueve meses durante los cuáles su futuro bebé forma parte de ellas, creando un vínculo afectivo difícilmente borrable.
Todo esto suele compensar con creces el aumento de peso, los tobillos hinchados, el crecimiento de los pechos y la barriga y todos los cambios físicos que, en otras condiciones, nos preocuparían sobremanera.
Sin embargo, las imágenes de famosas de cuerpos perfectos a las que apenas se les nota el embarazo o que lucen barriga encantadas, pero muestran un cuerpazo increíblemente rápido después de dar a luz, están llevando a que cada vez se den más casos de mujeres con pregorexia, un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), antes conocido como anorexia del embarazo, que lleva a quiénes la padecen a tomar medidas desmesuradas para perder peso durante la gestación, pudiendo afectar gravemente su propia salud y la del niño que viene en camino.
¿A qué se debe la pregorexia?
Como os decía, la pregorexia es un TCA, único en las mujeres embarazadas, que se caracteriza por una obsesión malsana con el peso, que las lleva a rechazar los cambios de su cuerpo a la vez que practican ejercicio de forma desmedida y reducen las ingestas de alimentos hasta niveles preocupantemente bajos.
Es muy común en mujeres que previamente habían desarrollado otros trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia, pero también puede darse en otras sin ningún tipo de antecedente, por lo que es muy importante que las familias estén atentas a cualquier señal que pueda despertar las alarmas de esta terrible enfermedad.
¿Cuáles son las posibles consecuencias de la pregorexia?
Aunque es cierto que durante el embarazo es más que recomendable mantener un peso adecuado (dentro del aumento lógico del embarazo), hacer ejercicio y llevar una dieta sana, no debemos olvidar que la alimentación de la madre también es la del bebé y que, si bien lo de que hay que comer por dos es un mito, es muy importante comer de forma completa y equilibrada y, sobre todo, sin saltarse ninguna comida.
Si esto no ocurre, se darán consecuencias más que obvias, como la desnutrición, tanto de la madre como del bebé, pero también otras que quizás resulten más curiosas, pues la embarazada podrá padecer anemia, falta de calcio en los huesos, caída del pelo, baja producción de leche y alteraciones hormonales; a la vez que su hijo se verá afectado por consecuencias como disminución del líquido amniótico, retraso del crecimiento, parálisis cerebral o incluso muerte prematura.
Al tratarse de un problema psicológico, es muy importante dar con él cuanto antes, con el fin de acudir a un especialista; que, con la terapia adecuada, ayude a estas futuras madres a superar el trastorno. De no ser así, una vez pasado el parto no habrán terminado los peligros, pues mostrarán un gran rechazo hacia los bebés, a los que consideran culpables de los cambios de su cuerpo; y, además, podrán derivar en otros trastornos como la depresión post parto, la anorexia o la bulimia nerviosa.
El cuerpo de una mujer embarazada ha sido considerado desde tiempos inmemoriales como una de las mayores muestras de belleza, pues no hay nada más bonito que traer una vida al mundo. Todas deberíamos verlo así, pero lamentablemente los estándares de belleza que nos venden en los medios de comunicación están distorsionando esta idea cada vez más, hasta el punto de crear consecuencias tan terribles como ésta. Por eso, si estáis embarazadas, no debéis olvidar que lo más importante durante este periodo es la salud, tanto la propia como la del niño que viene al mundo. ¡Ya habrá tiempo de perder peso!