China pierde control de su estación espacial, que caerá sobre la Tierra
Oficiales han anunciado que han perdido el control de la Tiangong-1, la estación espacial china, y que esta caerá sobre la Tierra.
20 septiembre, 2016 18:35Noticias relacionadas
La estación espacial china Tiangong-1 está en caída libre hacia la Tierra, y ya se ha dado por perdida. ¿Cómo nos puede afectar?
Aunque la Estación Espacial Internacional (ISS) es la más famosa por ser un gran proyecto conjunto entre EEUU, Rusia, la UE y otras potencias, no es la única que orbita nuestro planeta.
Principalmente, es bien sabido que China tiene sus propias ambiciones espaciales, y aunque la mayoría de lo que sabemos tenemos que sacarlo de la propaganda, los logros que han conseguido hasta ahora no se puede descartar a la ligera, como sus avances en la construcción de estaciones espaciales.
Qué pasa cuando una estación deja de ser útil
Desde hace cinco años la Tiangong-1 orbitaba la Tierra, sin problemas aparentes; su nombre significa “Palacio Celestial”, y representaba un paso de gigante para China. Si bien no es tan grande como la ISS, si que tiene lo necesario para servir de laboratorio espacial y como campo de pruebas para sucesivos lanzamientos y operaciones como la de atraque (docking).
Después de dos años de servicio, la utilidad de la Tiangong-1 se terminó y la agencia espacial china decidió retirarla y continuar el desarrollo de sus sucesoras; pero, ¿qué pasó con la estación? Desde entonces, la Tiangong-1 permanece en órbita alrededor de la Tierra, completamente abandonada.
Y ¿qué pasa cuando se abandona una estación espacial, o cualquier otro aparato que orbite un planeta? Pues que se ve poco a poco atraída hacia la Tierra, ya que la gravedad va venciendo a la velocidad orbital; recuerda que los objetos en órbita en realidad están “cayendo constantemente”, pero además hay que tener en cuenta que este equilibrio no dura para siempre.
Por ejemplo, de manera periódica la ISS enciende los motores de las naves espaciales que tiene acopladas para recibir un “empujón” que la mantenga en la órbita correcta. Si este encendido periódico no se realiza, la ISS acabaría destruida contra la atmósfera terrestre.
Por qué la estación espacial china está cayendo a la Tierra
Justamente eso es lo que le está pasando a la Tiangong-1, que al haber sido abandonada no ha encendido los motores y ha ido cayendo hacia la Tierra. Así hasta que ha quedado claro que pronto será destruida, como han confirmado oficiales chinos. Más importante es el anuncio de que China ha perdido el control de su estación espacial, y que su destino ya no depende de ella, un mensaje algo preocupante.
El peligro no está en que una estación espacial caiga a la Tierra, sino que esto normalmente se hace de manera controlada para evitar que sus restos puedan caer sobre zonas pobladas. Aunque la atmósfera hará un buen trabajo en destruir la mayor parte del aparato, dependiendo de su tamaño quedarán trozos relativamente grandes que pueden provocar desgracias.
Por ejemplo, la Mir, la estación rusa, fue destruida de manera controlada en 2001 para que sus restos cayesen sobre el Océano Pacífico sin peligro para nadie; aunque los fallos de la Mir ya son legendarios, en ningún momento la agencia rusa perdió el control, y había cierta seguridad de que la destrucción de la Mir no iba a provocar heridos.
Ese no es el mensaje que han enviado los oficiales chinos, que sólo han anunciado que la Tiangong-1 caerá a la Tierra en algún momento de finales de 2017, sin una fecha específica. Y no tener una fecha específica implica que no se sabe dónde se realizará la reentrada a la atmósfera y dónde podrían caer los restos.
Ahora bien, todo esto no significa que tengamos que salir corriendo a la calle con carteles de “El fin está cerca”. Para empezar, la Tiangong-1 no es una estación grande (10,4 metros), y lo más seguro es que la mayor parte de su estructura sea destruida en la reentrada. Cualquier trozo de material que no se queme puede caer en zonas pobladas, y aunque es poco probable, sabremos más conforme se acerque la fecha.