olor_podrido

olor_podrido

Tecnología

¿Por qué el gas natural huele a huevos podridos?

El gas natural huele a podrido, o eso suelen decir aquellos que han tenido la mala suerte de sufrir un escape. Hoy os explicamos por qué posee ese olor.

15 octubre, 2016 20:07

Si habéis tenido la mala suerte de vivir un escape de gas natural, probablemente recordaréis ese inconfundible olor a huevos podridos.

Y no es para menos, pues el gas natural huele a podrido, literalmente. De la misma forma que los huevos podridos o la col podrida reales, el gas natural posee un conocido olor muy desagradable (y por ello recordable) para el ser humano. Sin embargo, está hecho a propósito: El gas natural puro es metano, un compuesto sin olor natural.

Pero un escape de gas es peligroso, por ello las empresas distribuidoras le han otorgado olor a ácido sulfúrico mediante la adición de mercaptanos o tioles, con el objetivo de que nuestro olfato sepa que algo va mal. Y precisamente dicha capacidad para oler estos minúsculos compuestos ha sido analizada por los neurobiólogos de la Universidad de Albany, cuyo estudio se ha publicado en el Journal of the American Chemistry Society.

Por qué el gas natural huele a podrido, y cómo podemos olerlo

gas_natural

gas_natural

Según los investigadores de Albany, nuestra capacidad para notar que el gas natural huele a podrido, o que los alimentos o gases desprenden estos minúsculos compuestos volátiles sería clave para la supervivencia humana en general, pues nos ayuda a detectar alimentos en mal estado, atmósferas con poco oxígeno e incluso el olor de la orina de depredadores (la cual contiene azufre).

Para ello, la nariz humana posee receptores olfativos específicos, los cuales se encuentran en unas neuronas especiales llamadas neuronas sensoriales olfativas, recubriendo nuestra nariz. Dichas neuronas son responsables de detectar las moléculas de nuestro entorno, enviando mensajes a nuestro cerebro para poder procesar los olores. En este caso, y según el estudio, el receptor más sensible al “olor a podrido” sería el receptor OR2T11.

Pero eso no es todo, y es que este receptor junto a la presencia de iones de cobre en el moco protector de nuestra nariz nos ayuda a amplificar más si cabe el olor de los compuestos volátiles o tioles (responsables del olor a huevos podridos del que hablamos):

“Gracias al uso de simulaciones de dinámica molecular hemos sido capaces de encontrar dos lugares de unión que contenían cobre. La importancia de ambos lugares de unión en la detección de los tioles se ha confirmado usando mutagénesis dirigida; hemos manipulado genéticamente los receptores para que no pudiesen unirse al cobre, lo cual los ha dejado totalmente inutilizados”

Por tanto, es esencial tanto la presencia de estos receptores olfativos especiales como su unión a las partículas de cobre. Sin ambos actores presentes, saber que el gas natural huele a podrido sería imposible, algo que podría comprometer nuestra supervivencia en múltiples ocasiones. Además, por desgracia, existe gente con un sentido del olfato disminuido o abolido por completo. Ahora, gracias a este descubrimiento, es posible que se pueda solucionar el problema de muchas de estas personas.