La primera mujer ingeniera de la historia: Elisa Leonida Zamfirescu
Nuestra mujer científica de esta semana es Elisa Leonida Zamfirescu, una mujer apasionada de la ciencia que se convirtió en la primera ingeniera.
26 enero, 2017 11:31Noticias relacionadas
- Cámaras y accesorios de 13.000 dólares por 100 dólares, el costoso error de Amazon en el Prime Day
- Este hotel japonés ha instalado un simulador de vuelo gigante en una de sus habitaciones
- Un reloj con 8 pantallas desplegables, la nueva idea loca de IBM
- Cómo una babosa paró todos los trenes de alta velocidad de Japón
Hoy, en la sección de mujeres científicas, la cosa va de pioneras, pues vamos a ver el caso de la primera mujer ingeniera de la historia.
Se trata de Elisa Leonida Zamfirescu, y sin duda tuvo problemas para conseguir sus objetivos siendo una mujer, pero su persistencia y su amor por la ciencia fueron suficientes para lograr titularse en ingeniería con honores.
Por eso, porque el mundo necesita más mujeres como ella, se convierte en la protagonista de esta semana en nuestra sección.
Elisa Leonida Zamfirescu y su camino hacia la ingeniería
Nacida en 1887, en Rumanía, Elisa Leonida Zamfirescu fue a venir al mundo en un país y un momento en el que el camino hacia carreras como la ingeniería estaba totalmente vetado a las mujeres.
Sin embargo, ella sentía pasión por la física, la química y las matemáticas, por lo que nada más terminar sus estudios secundarios quiso ingresar en el Colegio de Puentes y Caminos de Bucarest, con el fin de estudiar dicha ingeniería.
Nada más intentarlo fue rechazada por su condición de mujer; así que, lejos de rendirse, partió hacia Berlín, donde volvió a intentarlo, esta vez en la Universidad Técnica Charlottemburg.
Esta vez sí que fue aceptada, quizás porque su hermano figuraba entre los alumnos destacados del centro, pero no sin que el decano intentara ahuyentarla al principio, recordándole que las mujeres deberían dedicarse a la cocina, los niños y la Iglesia.
Una carrera profesional que pasó desapercibida, pero que no debe olvidarse jamás
A pesar de todas las trabas, entre las que se encontraba la clara indiferencia de sus compañeros de clase, Elisa se graduó con honores como ingeniera en 1912, comenzando así una carrera profesional en la que destacó su puesto como directora de los Laboratorios del Instituto Geológico de Rumanía, siempre compaginado con su labor como profesora de física y química y como investigadora, especialmente en el campo de la búsqueda de nuevas fuentes de energía.
Hoy su nombre es prácticamente desconocido, pero no debemos olvidar que allanó el camino de las aspirantes a ingenieras que vinieron después, pues demostró que las mujeres pueden ocupar puestos que en un principio parecían impensables para el sexo femenino. ¿Veis como el mundo necesita más mujeres como ella?