La ShapeScale es una báscula que escanea nuestro cuerpo, buscando las zonas más problemáticas.

La báscula es un gran aliado para controlar el sobrepeso y orientarnos para llevar formas de vida más saludables; pero también puede ser un gran enemigo si no la usamos bien.

Por qué la báscula no cuenta toda la historia

Eso es porque cometemos el error de ver una cifra y pensar que representa más de lo que es; y nos puede llevar a tomar decisiones erróneas para cuidar nuestra salud.

Por ejemplo, pongamos que nos pesamos en una báscula, hacemos un par de semanas de ejercicios, y cuando volvemos a pesarnos apenas hemos perdido nada, eso si lo hemos perdido.

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Si solo tenemos esa información, puede que pensemos que ha sido un fracaso; pero la verdad puede ser muy diferente. Puede que hayamos quemado grasas, y en su lugar hayamos fortalecido los músculos, que por cierto, también pesan.

O puede que estemos ejercitando partes que no lo necesitan, abandonando aquellas en las que se junta la grasa.

La báscula que escanea nuestro cuerpo nos dice exactamente las partes a mejorar

ShapeScale soluciona eso con un escáner 3D. A primera vista parece una báscula normal; pero cuando nos ponemos encima una cámara rotará a nuestro alrededor.

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El proceso dura un minuto, y el resultado es una imagen de 360 grados de nuestro cuerpo.

El dispositivo usa esa información para crear un modelo tridimensional de nuestro cuerpo, que puede analizar para encontrar zonas preocupantes. Es por eso que lo recomendable es llevar ropa ajustada.

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Con un uso diario de esta báscula, podremos controlar cómo cambian las diferentes partes de nuestro cuerpo, dependiendo de los ejercicios que hagamos. Una app móvil se encargará de mostrarnos estos cambios y ponernos objetivos.

La ShapeScale es una buena idea para controlar nuestro peso de manera más inteligente; pero también es mucho más cara que una báscula normal, unos 499 dólares.

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