Como seres de carne y hueso que somos, nuestra muerte está garantizada; no importa el dinero que tengamos, los logros que hayamos conseguido, o lo que pensemos al respecto.
La búsqueda de la inmortalidad es tan vieja casi como la propia noción de mortalidad, pero todo ha terminado en mitos y cuentos. Pero, ¿y si pudiésemos conseguir esta ansiada eternidad de otra forma, dejando atrás nuestro cuerpo humano y pasando a un cuerpo cibernético? ¿Y si pudiésemos subir nuestra conciencia a un ordenador? Una idea de ciencia ficción, claro.
Una copia digital del cerebro, ¿nuestro legado para el mundo?
Subir nuestro cerebro a la red tiene muchas implicaciones morales y filosóficas, empezando por si realmente seríamos nosotros mismos o un programa que actuaría como nosotros. El caso es que ya hay gente que quiere comprobarlo, y la startup Nectome acaba de recibir la financiación necesaria para seguir investigándolo.
El negocio de Nectome se basa en preservar cerebros de manera intacta, gracias a su propia tecnología de embalsamamiento; gracias a la combinación correcta de productos químicos, las neuronas y las conexiones se mantienen tal y como estaban durante cientos de años, sólo con almacenar el cerebro en frío.
Esta ya es una idea interesante, aunque sólo sea por la preservación de cerebros de personas famosas, especialistas o genios; el próximo Albert Einstein no tendrá su cerebro almacenado en alcohol. Pero esto es sólo el principio para Nectome.
Gracias a que el cerebro se conservaría totalmente intacto, en el futuro sería posible escanearlo y recrear todas las conexiones que lo forman en una simulación de ordenador; en otras palabras, una copia digital de tu cerebro, que funcionaría exactamente igual que cuando estabas vivo, sólo que de manera digital.
Aún hay mucho que no conocemos del funcionamiento del cerebro, y por eso esta tecnología no es posible hoy en día; la apuesta de Nectome, y su promesa de negocio, es que podrá conservar tu cerebro hasta que ese futuro llegue.
Un proceso polémico que ya tiene lista de espera
Ahora la letra pequeña: este proceso de conservación supone matar a la persona. No hay otra manera de decirlo, ya que es necesario realizar el embalsamamiento mientras la persona está viva, para que el cerebro esté lo más fresco posible.
Es por esto que, al menos para empezar, Nectome quiere tratar con personas con enfermedades terminales, que hayan aceptados su final. Como apunta el CEO de Nectome, su producto es “100% mortal”.
El proceso implica recibir un bypass cardiopulmonar y bombear los productos químicos directamente en la arteria carótida; todo eso mientras la persona está anestesiada, claro. Lo sorprendente, o no, es que ya hay lista de espera.
¿Es este proyecto el secreto de la vida eterna? No, el cerebro digital sería una copia exacta de ti, que funcionaría y pensaría igual, pero no serías tú; aunque esa promesa ya es suficiente para atraer a los que quieren algo más de esta vida.
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