La primera familia que vive en una casa impresa en 3D sufrirá muchos de los problemas que supone estrenar una tecnología; pero es gracias a estos pioneros que se podrá aprender mucho para el futuro.
¿Es la impresión 3D el futuro de la construcción? Es muy pronto para decirlo, ya que estamos literalmente en los inicios de la aplicación de esa tecnología en el sector; puede serlo, o puede convertirse en una simple curiosidad de la que nos reiremos dentro de unas décadas.
Pero mientras tanto, sigue el desarrollo y la construcción de nuevos diseños de casas impresas en 3D; pero, ¿qué es una casa sin alguien que viva en ella? Hasta ahora todos los proyectos terminados han sido demostraciones de nuevas tecnologías; no hemos visto nada en lo que realmente alguien pueda, o quiera, vivir.
La primera familia que vive en una casa impresa en 3D
La ciudad francesa de Nantes ha sido la primera en ofrecer una casa impresa en 3D para vivir; y una familia con tres niños se mudó a ella el pasado 29 de junio. De esta manera, se convierten en la primera familia en vivir de verdad en una casa impresa en 3D; más allá de maniobras de marketing y de conceptos innovadores, los miembros de la familia tendrán que aprender a vivir con las peculiaridades de una casa impresa en 3D.
Una estructura que fue construida en apenas 54 horas. Aunque curiosamente, la casa no fue terminada hasta cuatro meses después; el tiempo que tardaron los trabajadores humanos en completarla con puertas, ventanas, el interior, y el tejado.
En total, la casa ha costado casi 200.000 €; el precio de una casa similar construida por métodos tradicionales es un 20% mayor, según la BBC. La casa tiene 95 metros cuadrados y cuatro habitaciones. Por lo tanto, puede ser una buena manera de ahorrar dinero; además de las otras ventajas de la impresión 3D, como la libertad que da a los diseñadores y arquitectos para plantear nuevas formas hasta ahora nunca probadas.
Esta historia no es tan bonita, claro. La verdad es que esta es la tercera familia a la que el ayuntamiento de Nantes ofrece una casa impresa en 3D. Las dos primeras familias rechazaron la oferta. No solo es una muestra del estado actual de esta tecnología, sino sobre todo de la percepción que tiene el público general sobre ella.
Además, no hay ninguna duda de que estas personas son básicamente “beta testers”; hay mucho que mejorar y el ayuntamiento comprobará si su experiencia es lo suficientemente buena como para aplicarla a la construcción no solo de casas, sino también de edificios como gimnasios.
Este no es el único proyecto que pretende que familias normales empiecen a vivir en casas impresas en 3D. La ciudad de Eindhoven tiene previsto abrir las primeras cinco casas al público a finales de este mismo año.
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