La tecnología avanza a pasos agigantados en multitud de campos, uno de ellos es el de la salud, en el que con el paso del tiempo las innovaciones tecnológicas han cobrado cada vez más importancia. En este sentido, un grupo de investigadores ha logrado crear una retina artificial, hecho que parece sacado de una película futurista y que podría ser la solución para muchas personas con la vista dañada.
Primera retina artificial ultrafina del mundo
Nanshu Lu, investigadora de la Universidad de Texas, ha declarado en la American Chemical Society (ACS) haber creado, en colaboración con Dae-Hyeong Kim (Universidad de Seúl), y probado con éxito la primera retina artificial ultrafina del mundo, lo que podría significar un gran avance para los invidentes.
El dispositivo está formado por materiales 2D con muy poco grosor, como el grafeno y el disulfuro de molibdeno, y por capas delgadas de oro, alúmina y nitrato de silicona, lo que da como resultado una matriz de sensores flexibles, curvados y de alta densidad.
Lu explica que la investigación aún está en sus primeros pasos, pero que aún así es un punto de partida “emocionante” al haber logrado utilizar dichos materiales para la recuperación de la visión. La experta añade que este dispositivo flexible también podría implantarse en otros lugares del cuerpo humano para supervisar la actividad del corazón o del cerebro.
¿Solución a la ceguera?
Esta retina artificial, a modo de icosaedro, posee el tamaño y forma de una retina natural. Los estudios realizados en el laboratorio y las pruebas en animales indican que el prototipo es biocompatible y capaz de imitar las características del ojo humano, por lo que los científicos afirman que podríamos estar ante un paso importante para el desarrollo de la próxima generación de prótesis de retina bio-electrónicas.
Enfermedades como la degeneración macular, la retinopatía diabética o la retinitis pigmentaria, en ocasiones logran dañar o acabar con el tejido de la retina, lo que ocasiona pérdida de visión o la ceguera. Muchos de estos problemas no tienen cura, aunque algunos implantes de silicio han conseguido mejorar un mínimo la visión. Lu afirma que este tipo de implantes son “rígidos, planos y frágiles”, lo que resulta en una mala réplica de la retina, por lo que tomó la decisión de crear una alternativa que imitase mejor una retina natural.
Tatuajes electrónicos para controlar el organismo
La investigadora también planea integrar esta tecnología en una especie de tatuajes electrónicos transparentes sobre la superficie de la piel para recopilar información en tiempo real de lo que ocurre en un organismo. Los tatuajes incluirían unos transistores para amplificar las señales desde el cerebro o el corazón y así tratar de un modo más fácil sus enfermedades.
Del mismo modo, los sensores se podrían implantar en la superficie del corazón para la detección de arritmias, incluso para que los médicos los programasen como marcapasos y así poder crear impulsos eléctricos en caso de necesidad.
Sin duda, avances como esta retina artificial se alzan como pruebas de lo inmensamente útil que puede ser la tecnología para el bienestar y cuidado de los humanos. Hace dos décadas era impensable creer que artilugios de este tipo pudieran curar dolencias tan graves de la ceguera.
Quizás las próximas generaciones ni siquiera tengan que preocuparse cuando tengan problemas con un órgano, puesto que éste podrá ser reemplazado por uno artificial que será prácticamente igual que uno natural.
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