La Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés) ha sufrido una fuga de aire provocada por un agujero de 2 milímetros de diámetro en la nave espacial Soyuz MS-09 unida al módulo Rassvet, en la sección rusa de la estación. Los propios astronautas notaron una bajada en la presión de la estación, de ahí que identificasen el problema, y fueron ellos mismos quienes lo arreglaron provisionalmente.
Y se usó, concretamente, epoxy, un pegamento muy fuerte formado por polímeros y gasas. Al mismo tiempo, se aumentó la presión de oxígeno en la cápsula, recuperando los niveles estándares. En ningún momento la tripulación de la estación estuvo expuesta a ningún problema ni sufrió riesgo alguno; de hecho, están completamnete bien.
Los astronautas tienen la situación bajo control, y no ha supuesto ningún problema crítico
Incluso, después de que el controlador de vuelo descubriese la fuga, decidió seguir dejando a la tripulación que durmiese (pues el evento se produjo de noche), solucionando el problema una vez entrada la mañana. «Hemos tenido esta noche una situación de emergencia en la ISS: una fuga de oxígeno y una caída de la presión. Se han tomado medidas […]», afirmó el director de Roskosmos, Dmitri Rogozin.
Ahora bien, ¿cuál es el origen de este fallo? Por el momento la NASA no ha revelado ningún origen concreto, pero todo apunta a que podría tratarse de un impacto contra algún trozo de escombro espacial es lo que se conoce como micrometeorito. Dado que la situación ya está bajo control, la tripulación volverá a sus actividades regulares en unas 6 horas, cuando vuelvan a estar despiertos.
Los escombros espaciales, restos de satélites u otras naves que vagabundean por el espacio si control alguno, o provenientes incluso de satélites naturales u otros cuerpos, son un peligro muy importante para las infraestructuras construidas por el hombre en el espacio. Por ello, es por lo que muchas empresas y organismos están buscando incesantemente cómo recoger o “limpiar” el espacio.
Imagen de portada | NASA