Actualmente la sociedad está concienciada sobre la necesidad del reciclaje; sin embargo, esta situación no se da en el caso de los aparatos electrónicos. Cualquier persona posee un gran número de dispositivos electrónicos; sin embargo, hay un desconocimiento general sobre cómo reciclarlos y los riesgos que conlleva.
El peligro está en las baterías de litio
Las baterías de iones de litio se han hecho con el dominio en el sector de la electrónica. Gracias a éstas, los dispositivos pueden ser ligeros, potentes y fáciles de recargar; pero, también cuentan con una característica nada agradable, el riesgo de incendiarse.
Este fenómeno es conocido como “embalamiento térmico”, mediante el que las baterías de ion litio entran en un bucle que les hace aumentar su temperatura hasta que se incendian. Hoy mismo ha explotado un portátil en el metro de Madrid dejando a 12 heridos, lo que refleja la magnitud del problema.
Como es obvio, si las baterías son aplastadas, perforadas o sufren caídas, también pueden incendiarse. En estos casos, tiene lugar un cortocircuito cuando se rompe el separador entre el polo positivo y el negativo de la batería.
El problema de reciclar dispositivos electrónicos
Los dispositivos electrónicos con cierta antigüedad suelen tener problemas al ser arrojados a la basura. Como explica The Washington Post, los tienen incluso si se llevan correctamente a un centro de deshechos electrónicos.
No existen datos oficiales sobre este tipo de incendios; pero, se sospecha que las baterías son el principal problema a la hora del reciclaje. Un estudio reciente sobre los incendios sucedidos en centros de reciclaje de California (Estados Unidos) revela que el 40% de los incendios son causados por baterías de iones de litio.
¿Quién tiene la culpa?
En resumidas cuentas, todos tenemos la culpa. Por un lado, la gente no debe tirar sus aparatos electrónicos con batería de una forma tan descuidada a la basura. Por otro, los gobiernos aún no han encontrado una forma eficaz de gestionar el reciclaje de estas baterías.
Algunas compañías intentan involucrarse con el reciclaje, como el caso de Apple con el programa Apple GiveBack. Buena parte de los componentes del nuevo iPhone XS han sido elaborados con materiales reciclados, específicamente de modelos antiguos. Daisy es el robot de Apple encargado de convertir los materiales.
Baterías difíciles de retirar
Los dispositivos con baterías de iones de litio suelen ser delgados, lo que dificulta la retirada de estas baterías. El medio citado estuvo presente en el reciclaje de un iPad y asegura que el proceso puede durar perfectamente 40 minutos, ya que para llegar a la batería primero hay que retirar multitud de componentes electrónicos.
El problema reside en que muchos de los fabricantes no proporcionan instrucciones concretas sobre el desmontaje a las empresas de reciclaje. Esta situación también afecta a las propias marcas, que ya han vivido incendios por baterías en sus propias carnes.
La dificultad se agranda en dispositivos más pequeños aún, como el caso de los AirPods. Éstos contienen tres baterías y son considerados casi imposibles de reciclar. Los productos tan complicados de desmontar también perjudican el reciclaje, puesto que éste se convierte en algo menos rentable.
Las baterías extraíbles podrían ser la solución
Las marcas parecen crear los dispositivos para un solo uso y suelen olvidarse de su reutilización. El uso de baterías de iones de litio tiene sus ventajas; sin embargo, las baterías extraíbles son más fáciles de reciclar, aunque ocupan más espacio, lo que chocaría con los dispositivos ligeros actuales.
En este sentido, solo queda esperar y ver si los fabricantes se ponen de acuerdo para facilitar las tareas de reciclaje con diseños diferentes. El cambio a baterías extraíbles sería lo ideal; pero, el sector no parece estar por la labor y dar un paso atrás en el avance tecnológico, aunque éste no sea en beneficio del medio ambiente.
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