Es fácil olvidarlo, pero en el centro de nuestra galaxia hay un gigantesco agujero negro; está constantemente tragando materia, constantemente en expansión. Si lo piensas, da mucho miedo, aunque por supuesto, no es algo de lo que tengamos que preocuparnos; aunque puede que cambies de opinión después de verlo mejor.
Pese a estar más cerca, eso no significa que conseguir imágenes del agujero negro de la Vía Láctea sea más fácil comparado con los del resto del universo. Los agujeros negros son tan compactos que para conseguir una observación directa haría falta un telescopio del tamaño de la Tierra.
Aunque esté relativamente cerca, fotografiar un agujero negro es difícil
Esa no es la única razón por la que Sagitario A*, la denominación que recibe el agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea, es un gran desconocido para la mayoría. La gran masa de materia que rodea al agujero negro, atraída por su enorme gravedad, actúa como ver a través de “cristal escarchado”, según los científicos. El resultado son lecturas que poco tienen que ver con la realidad.
Por eso, el último logro conseguido entre universidades y telescopios de todo el mundo es tan importante: la primera imagen clara del agujero negro de nuestra galaxia. Para conseguirlo, no les ha bastado con la observación directa, sino que los modelos computacionales han cobrado una gran importancia.
Los investigadores usaron 13 telescopios de todo el mundo, desde el polo sur hasta Europa, Sudamérica, África, Norteamérica y Australia. Juntos, tenían tanta resolución como para ver desde Londres una chincheta en el suelo de Nueva York. Para unir las mediciones obtenidas por todos los telescopios, se usó una técnica llamada interferometría, consistente en combinar los datos obtenidos de diferentes receptores para conseguir una imagen de mayor resolución.
La imagen del agujero negro de nuestra galaxia
Aún quedaba el problema de la “neblina” provocada por las masas que rodean al agujero negro. Eso se solucionó con un nuevo modelo computacional, que hizo la imagen más clara. El resultado es la imagen de mayor resolución que se ha obtenido hasta ahora de un agujero negro.
Gracias a esta imagen, ya se han detectado algunos detalles interesantes. Por ejemplo, este agujero negro no parece tener un “jet”, o “chorro”; una expulsión de materia a altas velocidades que se suele ver como resultado de muchos agujeros negros. Una posibilidad es que el chorro esté apuntando hacia la Tierra, y que por eso no lo podamos ver.
Por supuesto, no hay ningún peligro de que este agujero negro nos vaya a afectar. Está a casi 26.000 años luz, e incluso al ritmo al que devora materia, es muy probable que la humanidad se extinga y la Tierra sea destruida antes de tener que preocuparnos por nuestro agujero negro (qué raro suena eso).
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