La llamada “caja negra” es la innovación de seguridad más importante de la historia de la aviación. Un aparato que registra constantemente datos relacionados con el avión, y que permite obtener valiosa información para esclarecer las causas de un accidente. Si volar en avión es tan seguro (mucho más que conducir un coche), es gracias a que esta información se ha usado para desarrollar nuevos sistemas de seguridad en respuesta a problemas concretos.
Con el tiempo, las “cajas negras” (que en realidad son de colores llamativos como naranja brillante, para que se puedan encontrar fácilmente entre los restos de un accidente) han evolucionado. Son capaces de obtener una mayor cantidad de datos, y durante más tiempo; aunque el mínimo son dos horas, la obligación de la UE para el 2021 de registrar 25 horas ha hecho que muchos fabricantes ya hayan dado el salto.
La nueva caja negra para aviones que permitirá conseguir datos al momento
Pero incluso esta evolución no es suficiente. El gran problema de las cajas negras es que para ser útiles primero tienen que ser encontradas. Normalmente son capaces de resistir los impactos, y están instaladas en la cola del avión, la zona más segura; pero eso no sirve de mucho si, por ejemplo, el avión se estrella en el mar. El caso más famoso es el del vuelo MH370 de Malaysia Airlines; cuyo desastre aún es un misterio porque no se han encontrado las cajas negras.
Ahora dos fabricantes, Honeywell y Curtiss-Wright, han anunciado una colaboración para desarrollar una verdadera revolución en las cajas negra; nuevos dispositivos que no sólo registran la información, sino que también pueden transmitirla en tiempo real a un servidor externo.
El nuevo diseño consta tanto de la FDR (la grabadora de datos de vuelo) como de la CVR (grabadora de voces de cabina); y está pensado tanto para aerolíneas comerciales como para jets privados y transporte de mercancías. Sus creadores la llaman una “caja negra en el cielo”, porque sus datos podrán ser accedidos en cualquier momento por los operadores, propietarios y fabricantes del avión.
En caso de emergencia, los investigadores podrán acceder a estos datos de manera casi inmediata; lo que puede ser también vital para encontrar supervivientes en las primeras horas después del accidente. Pero llama la atención que no es un sistema pensado sólo para desastres; sino también para mejorar el mantenimiento y las operaciones del avión. Un fabricante podría usar esos datos para mejorar el diseño de sus aviones, por ejemplo.
La nueva caja negra sería capaz de hacer streaming de datos en tiempo real usando una conexión por satélite; esos datos se guardarían en servidores externos, donde serían rápidamente accesibles.
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