La agricultura es una disciplina que requiere de mucha paciencia y dedicación. Cada cultivo en concreto ha de estar en unas condiciones determinadas si queremos obtener un producto de calidad. ¿Por qué no utilizar la tecnología para tener mejores resultados?
Eso mismo ha pensado un grupo de expertos que ha conseguido crear un sistema de “ciberagricultura” capaz de mejorar el sabor de las plantas.
Ciberagricultura para crear plantas a medida
Un grupo formado por investigadores del MIT y de la Universidad de Texas han realizado un estudio con la misión de conocer cómo mejorar y automatizar la agricultura. En concreto, los expertos se preguntaban si habría alguna manera de utilizar la tecnología para que el agricultor pudiera obtener una meta determinada; como, por ejemplo, conseguir que la albahaca tuviera un sabor más fuerte.
Para ello, emplearon un sistema de aprendizaje automático que analizase las diferentes variables. Como ejemplos de variables tenemos el tipo de suelo; las características de la planta; el volumen de riego; la iluminación y otros aspectos. Después, medía la concentración de moléculas de sabor que se obtendrían, teóricamente, con cada tratamiento.
De esta manera, el aprendizaje automático logra hacer predicciones sobre cuál es el camino a seguir para llegar al resultado que queramos. Todo ello realizando ajustes de carácter natural en las plantas. Este sistema de ciberagricultura tiene bastante lógica, al fin y al cabo estudia a fondo cómo responde la planta a determinados parámetros naturales.
Mejorar el sabor de las plantas
Los científicos limitaron el modelo de aprendizaje automático para que éste solo analizase y cambiase el tipo y la duración de la luz de las plantas. Como objetivo pretendían mejorar su concentración de sabor, como hemos comentado antes.
En la primera ronda de estudio se pusieron a prueba 9 plantas y se utilizó la luz que, en teoría, mejor viene a las albahacas; después se cosecharon y se analizaron para poner a prueba otras. En la segunda ronda se emplearían los conocimientos obtenidos en base a los primeros resultados. Para la tercera prueba se hizo exactamente lo mismo.
Tras realizar los tres análisis, el sistema recomendó mantener las luces de las plantas encendidas durante las 24 horas de los 7 días de la semana. Un consejo curioso teniendo en cuenta que la albahaca no suele crecer con tanta luz en la naturaleza.
Pese a su sorpresa, los investigadores siguieron la recomendación y, ¡tachán! El cambio resultó en un aumento significativo de las moléculas de sabor en la albahaca; de hecho, duplicó la cantidad de éstas.
El equipo recibió el resultado con alegría. No es para menos, puesto que abre la puerta a toda una revolución en la agricultura. Con sistemas como el creado por el MIT sería posible crear y cultivar plantas o alimentos con las características que desease el agricultor. Con avances de este tipo cada vez queda más claro que la industria de la alimentación va a dar un cambio radical y antes de lo que pensamos.
Foto destacada: @erwanhesry en Unsplash
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