Ya lo dijimos en su día: el principal obstáculo para que los coches eléctricos se popularicen no está en la propia tecnología, sino en los usuarios.
No es sólo que muchos de los tópicos y mitos sobre los coches eléctricos no tienen ya mucho que ver con la realidad; es que hasta los conductores que ya han hecho la migración no tienen muchas cosas claras.
El cuerpo de policía de Fremont, en California, nos ha dado un buen ejemplo de esto último. Fremont se hizo famosa por tener el primer coche de policía basado en un Tesla; concretamente, se trata de un Model S con protecciones en el frontal y otras modificaciones para ajustarse al trabajo diario de la policía local. Y por supuesto, está pintado de negro y blanco.
El Tesla coche de policía, en acción
Uno de los objetivos de la adopción de este modelo era comprobar el estado actual de los coches eléctricos, y qué desafíos puede encontrarse una organización como esta en caso de que realice una migración a gran escala. Y en ese sentido, podemos decir que está cumpliendo su objetivo, tal vez demasiado bien; como cuando casi deja tirados a unos agentes en mitad de una persecución.
Los hechos, según publica The Mercury News, ocurrieron el pasado viernes por la noche, cuando el Tesla, asignado a labores de patrulla, inició una persecución de un vehículo implicado en un posible delito después de encontrárselo en una parada.
El sospechoso salió de Fremont por la autopista, con la esperanza de dejar atrás al policía; durante la persecución se superaron velocidades de 190 km/h, pero aún así el sospechoso no pudo alejarse lo suficiente gracias al gran rendimiento del Tesla. Y entonces ocurrió: el Tesla avisó al agente de que se le estaba acabando la batería.
El agente contactó con central, afirmando que le quedaban menos de 10 kilómetros de autonomía; la posiblidad de perder al sospechoso era real, así que pidió asistencia a otros agentes para interceptarlo.
Sin embargo, eso no fue necesario: la cantidad de tráfico aumentó y el sospechoso se escapó circulando el arcén; la persecución fue cancelada por motivos de seguridad. El agente volvió a contactar avisando de que iba a buscar algún cargador para poder volver a Fremont; algo que consiguió.
La persecución sólo duró ocho minutos, pero no es que el Tesla no diese más de si después de tan poco tiempo a pleno rendimiento. La investigación posterior reveló que el coche no había sido cargado entre el cambio de turno.
El agente había iniciado el turno a las dos de la tarde, y la persecución se inició a las 11 de la noche; pero por algún motivo, cuando el agente cogió el coche el nivel de la batería ya estaba más bajo de lo normal porque no se había recargado en el anterior turno.
El departamento de policía no ha explicado porqué la batería no estaba recargada, pero es muy probable que sea un simple error humano; los representantes han defendido al agente y la manera en la que informó de la autonomía de su vehículo.
Esta será una lección importante para cualquier organización que quiera pasarse a los coches eléctricos. En lo que respecta al sospechoso, horas después se encontró su coche estrellado, no muy lejos de donde la persecución se canceló, pero el conductor sigue huido.