Tecnología prohibida de Formula 1 para un nuevo superdeportivo: un aspirador
El nuevo superdeportivo del diseñador Gordon Murray usa un gran ventilador para aspirar el aire y aumentar el apoyo aerodinámico sin alerones.
11 diciembre, 2019 10:19Noticias relacionadas
El nombre de Gordon Murray es inmediatamente reconocible por cualquier aficionado al motor; no en vano, fue la mente pensante detrás de un coche legendario como fue el McLaren F1.
En realidad, la mayor parte de la carrera de Murray se centró en la competición, y concretamente en la Formula 1. Primero en el equipo Brabham, y luego en McLaren, Murray se centró en recorrer la fina línea que separa la legalidad de la ilegalidad en las reglas.
Ahora que ha vuelto a diseñar coches de calle, Murray ha cogido inspiración de sus inicios en Brabham, con el T.50: un superdeportivo que usa una de las tecnologías prohibidas en la F1 por lo peligrosa y lo determinante que podía llegar a ser: un aspirador.
Un superdeportivo basado en F1
En 1978, el equipo Brabham sorprendió a propios y a extraños cuando se presentó en el Gran Premio de Suecia con el BT46B, su nuevo coche; por aquel entonces, era normal que los equipos rediseñasen sus coches a mitad de temporada, tal era la competitividad.
Eran los tiempos del "efecto suelo", introducido por el equipo Lotus y copiado por todos. Consistía en diseñar el suelo y los laterales del coche para mover el aire y crear una zona de baja presión; eso provocaba que el coche se pegase más al asfalto, empujando las ruedas hacia abajo y mejorando la tracción. Todo eso, sin necesidad de alerones, y de hecho muchos modelos no tenían alerón delantero para mejorar el flujo de aire hacia la parte baja del coche.
El Brabham BT46B fue la evolución lógica de este concepto. En vez de usar piezas de la carrocería para generar ese cambio de presión, ¿por qué no poner un ventilador que aspire el aire y lo genere de manera artificial?
Era una idea loca, y con muchas consecuencias para el diseño del chasis, pero Gordon Murray lo consiguió. Brabham dominó completamente la carrera, con Nicky Lauda adelantando por el exterior a Mario Andretti fácilmente. Inmediatamente, las protestas llegaron. El sistema, denominado "fan car" (coche ventilador), fue prohibido por seguridad; los rivales se quejaban de que el ventilador trasero disparaba guijarros y polvo.
Más de 40 años después, un sistema semejante hará aparición en un coche de calle. El T.50 se basa en el mismo concepto, con unas aspas instaladas en la trasera del coche y un conducto conectado con el suelo. A diferencia del original, este sistema está controlado electrónicamente, por lo que es posible variar la velocidad de aspiración y generar más apoyo aerodinámico incluso en curvas lentas.
Parece una idea absurda, pero el BT46B demostró que funcionaba; para un coche de calle, el concepto se ha "refinado", admite Murray, ya que el diseño original no era práctico.
Los modos inteligentes desarrollados permiten variar el comportamiento, tanto cambiando la velocidad de las aspas como cerrando conductos para conseguir una mayor velocidad punta. Con un motor Cosworth V12 de 650 caballos, no nos faltará potencia ni un sonido atronador.
Está por ver cómo se aplica este concepto a un coche que podamos conducir de manera legal en la carretera; lo que es seguro es que se convertirá en un nuevo objeto de deseo.