La seguridad es uno de los aspectos que Apple más destaca de su producto estrella iPhone. Los smartphones de la marca se han convertido en un estándar de protección de datos y privacidad frente a un Android caótico con unos parches de seguridad que solo algunos privilegiados reciben.
La filosofía de Apple, al igual que la de Google con los Pixel, va justo en la dirección opuesta. Actualizaciones ampliadas para -casi- todos los dispositivos con hasta 5 años en el mercado y un software con los últimos parches de seguridad.
En el caso concreto del iPhone, el trabajo de Apple es tan afinado que consigue ser impenetrable hasta para el FBI. Uno de los cuerpos de investigación policial más importantes y con más presupuesto del mundo no puede acceder, con sus propias herramientas, a un iPhone bloqueado y encriptado.
La seguridad del iPhone
El último de los encontronazos acaba de salir a la luz tras conocerse que el FBI ha pedido a Apple acceso a los datos del tirador Mohammed Saeed Alshamrani. Hace un mes, Alshamrani fue abatido por la policía en la base naval de Pensacola en el estado de Florida, tras matar a tres personas.
En la investigación posterior, el FBI se encontró que los dos iPhone del tirador estaban bloqueados y cifrados. Lo que imposibilita que el cuerpo de investigación estadounidense acceda directamente a los datos que en ellos se almacena.
Tampoco pueden tener acceso a la información que potencialmente guarde en iCloud, la nube de Apple. Este servicio de almacenamiento es también responsable de guardar, por defecto, las copias de seguridad del dispositivo así como el almacenamiento de fotos y vídeos.
El FBI ha conseguido una orden de registro y ha estado intentando probar con diferentes contraseñas, pero se ha topado con la encriptación de Apple, según informa The New York Times.
Tras encontrarse en un callejón sin salida, el FBI mandó una carta a Apple. En un comunicado posterior de la compañía de Cupertino, se anunció que ya entregaron todos los datos que posee del tirador (incluidos los de la nube iCloud), según informa la NBC. Pero también ha informado que ni ella misma puede saltarse el cifrado y que no puede entregar los datos almacenados de forma local en el iPhone.
FBI vuelve a presionar a Apple
La relación entre la agencia de investigación criminal más importante de Estados Unidos y la gigante tecnológica comenzó a finales de 2015. Uno de los participantes en la masacre de San Bernardino, que causó 14 muertos y 21 heridos, tenía un iPhone en su propiedad.
Cuando el FBI se puso manos a la obra para recabar todos los datos posibles en la investigación, se volvió a encontrar con el complicado muro de un iPhone 5C bloqueado y encriptado. En ese momento pidió a Apple la creación de una puerta trasera para que los investigadores tuvieran acceso directo a la información almacenada. Tim Cook, CEO de Apple, no tardó en declarar que la creación de ese agujero expondría a todos los usuarios del smartphone.
Así que el FBI comenzó a buscar alternativas. Meses después del tira y afloja entre la tecnológica y el FBI, trascendió que la segunda había pagado 900.000 dólares a un tercero para desbloquear la información.
Meses después de haberse cerrado el caso del modesto iPhone 5C, unas filtraciones apuntaron a que Cellebrite habría sido la empresa encargada de saltarse la encriptación de Apple. La misma compañía también habría participado en contratos de inteligencia con Rusia, Emiratos Árabes Unidos y Turquía, entre otros.