El coche volador es uno de esos medios de transporte que lleva apareciendo en los sueños de los más aventureros varias décadas. Pero ya metidos en el siglo XXI no parece algo que vaya a hacerse realidad en el corto plazo.
Como suele ocurrir con todo tipo de tecnologías, los ejércitos son la avanzadilla del resto de sectores que miran sus artilugios como si de ciencia ficción se tratase. Ocurrió con los aviones furtivos en los 70 y ahora parece que pasará con los coches voladores, aunque con menos secretismo.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos está en pleno proceso de selección de un sistema de vuelo unipersonal. Lo más parecido que podemos ver fuera del mundo onírico como primera aproximación al coche volador.
El coche volador de la USAF
El programa Agility Prime, de la Fuerza Aérea del país norteamericano, arrancó en septiembre de 2018 con el objetivo de recabar prototipos de vehículo volador "típicamente caracterizados por el empleo de un sistema de propulsión distribuido para el vuelo vertical y el uso potencial de un ala para el vuelo horizontal". Aunque poco tiene que ver con lo que ha presentado uno de los candidatos.
Los grupos de operaciones especiales, según declaró la propia USAF, necesitan de un sistema de transporte semiautónomo de alta velocidad y así surgió la idea de un coche volador. Entre las especificaciones, como buen equipo de operaciones especiales, requiere "una firma de inserción de ruido ultrabaja para transportar a los soldados a través de espacios de batalla demasiado disputados para los aviones convencionales de elevación vertical".
El Agility Prime se encuentra por el momento en una fase muy inicial donde se insta a las empresas del sector a desarrollar sus propios prototipos. Este esquema de competitividad entre compañías privadas es el que se utiliza tradicionalmente en el Ejército de Estados Unidos y en últimamente en la NASA para promover la innovación.
Una vez se abra el concurso público estas empresas podrán enviar sus propuestas y será un organismo del propio ejército el que elija según los requisitos. "En el caso de los EVTOL [vehículos eléctricos de despegue y aterrizaje vertical, en inglés], hemos visto numerosas compañías que están impulsando una tecnología que tiene la oportunidad de cambiar realmente el mundo, pero su desafío es obtener la certificación [permiso de vuelo] y la seguridad", ha declarado Will Roper, subsecretario de adquisiciones, tecnología y logística de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
En lo penúltimo Roper ha dado en un punto clave. Las certificaciones expedidas por la FAA, entre las que se encuentra el famoso Boeing 737 MAX, son un quebradero de cabeza para las empresas que ven cómo pasa el tiempo sin que un funcionado federal de el visto bueno a su prototipo. El programa Agility Prime permitirá a las compañías que apliquen "evitar la necesidad de pasar por la certificación de seguridad" de la FAA, pues el ejército tiene la capacidad de expedir igualmente este sello.
El primer prototipo
Lift es una compañía con sede en Texas que lleva trabajando en el sector de los EVTOL muchos años y se ha posicionado como la primera en proporcionar un prototipo fiable al Ejército de Estados Unidos. El pasado 20 de agosto, una representación del cuerpo viajó hasta Texas y probó el Lift Hexa, una aeronave eléctrica que permite el despegue y aterrizaje vertical.
El Hexa cuenta con un total de 18 hélices y se controla variando la velocidad de cada motor. El vehículo puede incluso volar perdiendo 6 hélices y equipa un sistema de paracaídas por si se queda sin sustentación. Tan solo puede llevar a un pasajero y cuenta con un sistema de piloto automático.
Esta aeronaves es la primera de muchas, según ha reportado la propia Fuerza Aérea, hay más de 15 firmas aeroespaciales que han solicitado asociarse como el programa Agility Prime. "El vuelo de hoy marca la primera de muchas demostraciones y pruebas de vuelo a corto plazo como preparativos al lanzamiento de Agility Prime en 2023". El presupuesto, según informa Task and Prupose, asciende a 25 millones de dólares solo para este año fiscal de 2020.