Es complicado entender el mundo actual sin los drones. Estos aparatos voladores han conseguido hacerse un hueco en la sociedad en tareas tan dispares como repartir comida y paquetería o ser una herramienta de vigilancia y ataque en los entornos militares. Esta última en España comienza a tener un papel más importante tras la adquisición de los drones Predator que ya vuelan desde la base militar de Talavera la Real, pero los proyectos que nos llegan del extranjero son mucho más ambiciosos.
El país de la inversión militar por excelencia es Estados Unidos, los norteamericanos cuentan con el ejército más poderoso del mundo y parte de su éxito se debe a la investigación en nuevas tecnologías. Como una que supuestamente consigue modificar el espacio-tiempo o unos drones capaces de hacer casi cualquier cosa para proteger a un piloto de caza.
Entre los proyectos que se han hecho públicos y se encuentran en las últimas fases de desarrollo destaca especialmente el denominado dron 'gasolinera'. En un futuro no muy lejano, será el encargado de suministrar combustible a los aviones de la Marina de Estados Unidos.
Gasolinera del aire
El MQ-25 Stingray, como así se llama el dron, lo está desarrollando Boeing como encargo del ejército estadounidense. La Navy, al tener una parte importante de su flota embarcada, necesita de una aeronave no tripulada que sea capaz de abastecer de combustible a los cazas sin que tengan que regresar a la cubierta del portaviones. Algo que ahorraría tiempo, costes y también reduce el riesgo de los pilotos al tener que realizar menos aterrizajes, siempre delicados en un portaviones.
El proyecto que dio como resultado el Stingray bebe de otros desarrollos que Boeing ha ido realizando a lo largo de los últimos años teniendo como punto de partida la realización de un dron furtivo multipropósito. Finalmente, en el año 2018 y tras un concurso donde participaron varias compañías, la Marina de Estados Unidos eligió a Boeing como ganadora del concurso.
El contrato se cerró en 805 millones de dólares para el desarrollo y compra de cuatro MQ-25 que deberán ser entregados en agosto de 2024 como fecha límite. Visto el buen rendimiento de los prototipos creados por la compañía, en abril de 2020 la Marina amplió el contrato para adquirir un total de siete drones de reabastecimiento. Con posibilidad de ampliar en el futuro.
El primer vuelo del primer prototipo del MQ-25 se llevó a cabo en abril de 2019 y poco a poco ha ido cosechando éxitos. El último de ellos, reportado por Boeing este mismo martes, es un vuelo sostenido durante 6 horas a una altitud de 30.000 pies (9.144 metros).
"Hemos modificado el modelo de desarrollo de adquisiciones normal que consistía en comprar-construir-probar", ha declarado Dave Bujold, director del programa MQ-25. "En lugar de probar en último lugar, probamos primero. El resultado es una enorme cantidad de datos que alimentan nuestra producción del MQ-25 de la Marina".
El sistema de reabastecimiento, según recoge la propia Boeing, es el mismo que el que se encuentra en los cazas F/A-18 Hornet tras una modificación llevada a cabo en el año 2020 en el primer prototipo de MQ-25. Al parecer, el diseño ha gustado al equipo de ingenieros y a la Marina pues "será el mismo que se utilizará en los MQ-25 operativos" una vez el dron pase a usarse en el día a día.
El siguiente paso del prototipo será poner a prueba la manguera de reabastecimiento de combustible y el embudo, para estudiar la estela generada en esta fase tan delicada de vuelo. Si todo sale bien, próximamente se comenzarán a realizar vuelos conjuntos con F/A-18 reales.
Según las estimaciones de la Marina, contar con este dron gasolinera permitirá ampliar el radio de acción de los Hornets desde los 830 kilómetros en operativa de combate hasta los 1.300.
Reabastecimiento autónomo
Mientras la Marina de Estados Unidos trabaja en estos drones gasolineras, en este lado del Atlántico tenemos a Airbus y sus reabastecimientos automáticos. Esta nueva técnica se puso en práctica por primera vez en abril del 2020 entre un caza F-16 portugués y un Airbus 330 MRTT, un modelo basado en el avión comercial de mismo nombre pero modificado en Getafe.
El sistema desarrollado por Airbus ha tomado el nombre de A3R y sustituye la destreza del operador de la lanza de reabastecimiento por un sistema totalmente automático que la guiará y la mantendrá alineada con la 'boca' del caza. Con una precisión de un par de centímetros.
La maniobra estará en todo momento supervisada por el operador para garantizar que el procedimiento es el correcto, pero su función manual se limitará a encender y apagar el A3R. Cuando el sistema detecta que todo va según lo planeado, introduce el último tramo telescópico dentro del sistema de reabastecimiento instalado en el caza. Y comenzará el llenado de los tanques hasta que se dé la orden de desconexión o se llenen.
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