La pandemia de coronavirus ha traído consigo unos cambios de hábitos vitales que serán realmente complicados de cambiar una vez se solucione el problema sanitario. Aunque luego se ha demostrado que es más complicado contagiarse de lo que parecía, en España vivimos unos meses en los que daba 'pánico' tocar cualquier tipo de superficie. Más todavía cuando eran en lugares públicos. Un poso que sigue quedando.
El uso de guantes estuvo tremendamente generalizado y eran obligatorios para poder entrar a los comercios de todo tipo. Un 'miedo' que se vio agudizado en las máquinas expendedoras, esas que igual venden refrescos. bebidas calientes, aperitivos, dispositivos tecnológicos e incluso EPIS.
Justo para adaptarse a esta nueva situación, los fabricantes de máquinas de venta automática tuvieron que invertir recursos en diseñar soluciones que evitaran el contacto con las superficies. La tecnología actual lo permite sin muchas complicaciones y tiene muchos indicios de que el futuro será totalmente contactless.
Comprar sin tocar
"La pandemia aceleró algunos proyectos que se encontraban en un segundo plano", nos ha contado Juanje Alberdi, director general de las divisiones de Coffe and Vending Systems y de Payment Technologies del grupo navarro Azkoyen. Uno de ellos es el de poder elegir los productos de las máquinas de vending sin tocar un solo botón. E incluso la posibilidad de pagar a distancia.
Distance Selection ha sido el mejor ejemplo. "Entre abril y mayo ya estábamos poniéndolo en algunas máquinas", nos ha asegurado Alberdi. Esta tecnología permite realizar compras en las máquinas sin tocar un solo botón. "El sistema se basa en el principio de funcionamiento de las pantallas capacitivas y, con pequeña operación técnica, se pueden adaptar".
Algo así como 'afinar' la pantalla para que cuando el dedo se sitúe a una pequeña distancia ya detecte la selección. "Básicamente es una diferencia de potencial entre el dedo y la pantalla la que manda la señal". Cuando el dedo se sitúa a dos centímetros, la máquina detecta a qué está apuntando y realiza la selección de producto. Igual que si el usuario llegara a tocar la superficie.
Las máquinas que ya contaban -antes de la pandemia- con ese tipo de pantallas pueden replantearse con unos pequeños kits y convertirse en una que no requiera contacto físico. Alberdi nos apunta también que es una tecnología que "tenían en casa", pero que no constaba como algo prioritario para lanzarlo a corto plazo.
Esta tecnología ya la están aplicando a máquinas de café y a las de vending de todo tipo de productos. Este sistema de selección sin contacto "ha tenido una acogida bastante buena". Además, según nos comenta Alberdi, es algo que ha venido para quedarse. "Ya todas nuestras máquinas nuevas cuentan con esta función de serie".
¿Y pagar?
Otro de los puntos 'sensibles' a la hora de realizar una compra en una máquina expendedora es el método de pago. Es cierto que en los últimos años el pago con tarjeta de crédito se ha convertido en un estándar, pero todavía se puede ir mucho más allá mediante aplicaciones para móviles.
La tecnología de Azkoyen para solucionar este aspecto pasa por Pay4vend. "Es una aplicación para smartphone en la cual tenemos una cuenta donde poder ingresar dinero", indica Alberdi. Algo así como una tarjeta prepago integrada dentro de la aplicación. Pero con una mecánica muy distinta.
"La aplicación identifica qué máquinas tiene delante el usuario, la elige dentro de la lista y comprueba la cantidad de dinero que tiene de saldo", nos explica. "Después el usuario tiene que seleccionar el producto en la pantalla de la expendedora, pero con el Distance Selection puede no ser necesario tocarla". Y, finalmente, provee el producto mientras descuenta el saldo disponible.
El Pay4vend está integrado en más de 15.000 máquinas de la compañía y está abierta para todo el mundo que quiera descargarse la aplicación. Especialmente útil en lugares donde existen muchas máquinas modernas de vending como aeropuertos o estaciones de transporte público.
Vending de EPIS
En mitad de la pandemia y en un momento donde los productos equipos de protección individual (EPI) escaseaban, la compañía creó una máquina expendedora de este tipo de productos. Fue una iniciativa que arrancó en mayo de 2020 junto con el Ayuntamiento de Eibar.
La institución pública repartió a sus ciudadanos una tarjeta electrónica mediante la cual podían sacar un número determinado de EPIS a la semana. Y esto abre un punto interesante sobre el uso de mascarillas una vez termine la pandemia.
En otros países, cuyo máximo exponente lo podemos situar en Japón, la cultura de la máquina expendedora va mucho más allá. En ese país del lejano oriente no era extraño -antes de la llegada de la COVID-19- encontrarse máquinas que vendían mascarillas. Una iniciativa que se ha copiado en España en los últimos meses y que, no es de extrañar, también haya llegado para quedarse.
Probablemente no como máquinas exclusivas de EPI, pero sí como un producto más a vender junto con geles hidroalcohólicos y demás elementos de higiene que ya llevan protagonizando los espacios de vending mucho tiempo.
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