Casi al mismo tiempo que la Armada de España presenta su submarino S-81, la Marina Real de Reino Unido ha desvelado uno de sus dispositivos tecnológicos más revolucionarios de los últimos años. Al más puro estilo de un videojuego o película de ciencia ficción, están estudiando el empleo de una especie de traje individual con propulsores.
Una evolución de lo que tradicionalmente se ha llamado jetpack o mochila propulsora, solo que mucho más avanzado y con especificaciones militares. Detrás del diseño se encuentra la compañía -también británica- Gravity Industries. Un nombre que parece toda una declaración de intenciones que desafía a la gravedad.
Gravity Industries la fundó el inventor Richard Bowing, quien estuvo como reservista en la Marina Real antes de arrancar con la empresa en 2017. Prácticamente desde ese momento acaparó la atención de los más curiosos y en 2019 logró entrar en el libro Guinness de los Records por el vuelo más rápido usando un jet suit (traje propulsor). En aquel momento, alcanzó los 135 kilómetros por hora y realizó más de 100 vuelos de demostración en público antes de que la pandemia paralizara el mundo.
Militares con jetpack
Pero el escaparate perfecto de Gravity Industries nada ha tenido que ver con demostraciones alrededor de unos cuantos curiosos y de medios de comunicación de los diferentes países que ha visitado. En un vídeo de YouTube, publicado por la propia compañía, se puede ver cómo la Marina Real está utilizando uno de sus trajes propulsores para abordar un barco.
Según se puede ver en ese metraje, un militar británico despega de una lancha semirrígida situada en unos metros detrás de la popa de un buque de guerra. No necesita más que ponerse de pie en los escasos centímetros cuadrados que quedan libres en la proa, activar el traje propulsor y despegar. Todo en cuestión de segundos.
Más que un traje completo, se trata de la combinación de una mochila -de grandes dimensiones- y una especie de manoplas gigantes con dos motores cada una. A la espalda del militar es donde se encuentra almacenado el diésel o Jet A1 -combustible de aviación- que alimenta a las cuatro turbinas que se colocan en las manos del usuario. En cuanto a la complejidad de volar, el propio creador lo describe como "montar en bicicleta" en una entrevista en The Guardian.
"Cuando montas en bicicleta, no estás pensado en girar el manillar o mantener el equilibrio, solo estás pensando: voy a pedalear de tal forma", apunta Bowing. "Imagínese eso en un espacio tridimensional, siendo completamente libre de moverse e ir a donde quiera".
Las cuatro turbinas giran a 120.000 revoluciones por minuto y el equipo completo tiene un peso -en vacío- de 27 kilogramos. En cuanto a la autonomía, Gravity Industries apunta a una ventana que va desde los 5 a los 10 minutos a una velocidad máxima de 88 kilómetros por hora.
Algo con estas especificaciones difícilmente puede escaparse de las aplicaciones militares. En el vídeo publicado, el comando naval usa el traje propulsor como avanzadilla a un abordaje en el mar. El ejercicio consiste en que el usuario del jet vuele hasta la cubierta del barco objetivo y facilite el acceso al resto de sus compañeros mediante una escalerilla de cuerdas.
"El objetivo del Jet Suite es proporcionar un acceso extremadamente rápido a cualquier parte de la embarcación objetivo, liberando instantáneamente las manos para portar un arma e incluso conservando la capacidad de reubicarse o exfiltrarse [salir de una determinada zona] por sí mismo", apunta Gravity Industries en un comunicado. Si así se requiere, el traje también puede contar con cierto poder de ataque instalando una ametralladora en el hombro del usuario pudiéndose disparar mediante un botón instalado en la mano.
Más allá de su uso puramente en el terreno militar, el Jet Suit ha alcanzado algunos acuerdos muy interesantes para emplearse en servicios de rescate. El pasado mes de septiembre, Gravity Industries y el británico Great North Air Ambulance Service (GNAAS) anunciaron que iban a comenzar a trabajar juntos para desarrollar un sistema de rescate utilizando el traje propulsor.
Para ello realizaron un vuelo de demostración en el que el propio Bowing se enfundó su creación, arrancó las cuatro turbinas que generan 1050 caballos de potencia y simuló un rescate. "Se tardaría alrededor de 25 minutos en recorrer a pie la distancia hasta el lugar donde se simuló un siniestro. El Gravity Jet Suite pudo recorrer esa misma distancia en solo 90 segundos", apuntan desde GNAAS.
Otros jet packs
La tecnología de propulsión a chorro no es algo nuevo, hemos podido ver al mismísimo James Bond con una de estas mochilas en alguna de sus películas que han tenido fiel reflejo en la realidad. Algunos de los proyectos con diseños realmente futuristas como el que usó hace tres años el Ministerio de las Fuerzas Armadas de Francia.
Se trata del proyecto de patín volador -que se basa en la misma física que el jet suit- Flyboard creado por Franky Zapata. Para demostrar su tecnología, el propio Zapata realizó unas maniobras sobre el tramo parisino del río Sena ayudando a un comando de operaciones especiales del ejército francés.
Zapata recibió una subvención de 1,3 millones de euros por parte del gobierno francés, quien no terminó de ver su aplicación en el día a día de su ejército. Uno de los problemas identificados pasa por el ruido que hacen estos tipos de vehículos, además del blanco fácil que suponen al volar indefensos cerca de los enemigos.
Una de las compañías más punteras en este sector es Jetpack Aviation, con sede en la ciudad californiana de Los Ángeles. Ofrece vuelos en su mochila propulsora por el nada desdeñable precio de 4.950 dólares en un evento que dura un par de días. Garantizan un mínimo de 3 vuelos por día, todo el material necesario, instrucción y avituallamiento.
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