Además del excelente clima durante todo el año, las islas Canarias también tienen una ubicación privilegiada para todo lo que rodee a la observación espacial. Una parte muy importante de los observatorios dentro del territorio de España se encuentran en alguna de las islas y más concretamente en La Palma.
Allí se encuentra el prestigioso Observatorio del Roque de los Muchachos en la localidad de Garafía con participación internacional por parte de países como Holanda o Suecia. Un punto de referencia europeo de observación gracias a la escasísima contaminación lumínica, su altura y también la latitud más próxima al trópico.
Tal es el éxito canario en la observación del cosmos que se acaba de anunciar que el Telescopio Solar Europeo se emplazará dentro del complejo del Roque de los Muchachos. "Es una iniciativa de la física solar europea en la que participan más de 30 instituciones de 18 países, bajo la coordinación del IAC", según recogen en el Instituto de Astrofísica de Canarias.
Más grande de Europa
El European Solar Telescope, como se le conoce oficialmente en inglés, está compuesto por un telescopio solar de gran apertura de siguiente generación. Cuenta con un espejo primario de 4,2 metros de diámetro que estará optimizado para realizar estudios sobre el acoplamiento magnético de la atmósfera solar.
"Esto requerirá el diagnóstico de las propiedades térmicas, dinámicas y magnéticas del plasma [solar] a diferentes escalas mediante el uso de imágenes de múltiples longitudes de onda, espectroscopia y espectropolarimetría", según se recoge en la ficha técnica. El EST se especializará en alta resolución espacial y temporal y empleará varios instrumentos simultáneamente para obtener información espectral en 2D.
El telescopio permitirá a los científicos estudiar la conexión magnética entre el campo magnético solar a través de la atmósfera del Sol, así como la interacción de dicho campo magnético con el plasma en movimiento. Todo un reto del campo de la heliofísica (física solar) en el que todavía queda mucho por descubrir.
"Nuestra estrella puede ser considerada de muchas maneras como una especie de laboratorio de física fundamental", indican de las el IAC. Los procesos naturales a gran escala que se producen allí son imposibles de generar en la Tierra.
Principalmente los relacionados con la interacción del plasma y el campo magnético. "Es el único lugar donde se puede estudiar en detalle", recalcan. Gracias al tamaño del Sol y a los enormes tiempos de difusión magnética, los investigadores serán capaces de seguir la evolución de esta interacción de un modo que actualmente es imposible de replicar en un laboratorio.
"Este telescopio será capaz de distinguir estructuras en la superficie solar de tan solo 30 kilómetros. Gracias a su gran espejo y su especial diseño óptico, EST también conseguirá hacer medidas de gran precisión de los campos magnéticos, mejorando enormemente las capacidades de cualquier telescopio solar existente hoy en día", apuntan desde la IAC.
Tormentas solares
Todos esos estudios desembocarán en algo que está muy de actualidad: las llamaradas solares. Éstas "pueden acelerar el plasma a velocidades del orden de miles de kilómetros por segundo y, cuando este plasma colisiona con la magnetosfera de la Tierra, no solo crea las auroras boreales sino que puede dañar satélites, líneas eléctricas de alta tensión e incrementar la exposición a la radiación de los pasajeros de los aviones".
Otra de las aplicaciones que ponen de ejemplo es cómo afectan al clima de la Tierra los cambios de irradiancia solar a corto y medio plazo. Un extremo muy importante para conocer las predicciones climáticas de eventos como las tormentas solares.
El coste de la construcción del telescopio EST está estimado en unos 200 millones de euros en unos trabajos que comenzarán a lo largo del próximo año 2023 o 2024. Tras un primer periodo de 5 o 6 años donde se levantará la estructura y se instalarán los equipos para hacerlo operativo, se abrirá una ventana de 30 años de operación -estimada- con una inversión de 10 millones de euros anuales.
El 'hermano' hawaiano
Desde las Islas Afortunadas, a otro de los archipiélagos volcánicos más famosos del mundo: Hawái. Allí, en el año 2012, se comenzó a construir el Daniel K. Inouye Solar Telescope (DKIST). Un telescopio solar parecido al que se emplazará en canarias con también 4 metros de abertura y todo lo necesario para realizar observaciones al astro rey.
Hawái está situado casi diametralmente opuesto a Canarias en el globo terráqueo por lo que "el EST y su contrapartida estadounidense podrán realizar campañas observacionales virtualmente ininterrumpidas de una calidad y resolución muy comparables", según indican desde la IAC. "Esto es de importancia capital", sentencian.
Gracias a esta dupla de telescopios se podrá investigar la "emergencia y desaparición del campo magnético de la atmósfera del Sol y, con seguridad, pueden llevar a descubrimientos revolucionarios en este campo". El DKIST realizó la primera prueba de imagen en enero del 2020 y las observaciones rutinarias comenzaron en julio de ese año. Si todo va según lo planeado, al estadounidense le quedan unos 9 años para formar equipo con el canario.
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