Los nuevos proyectos con drones se han convertido en el eje de las fuerzas armadas de medio mundo. En España tenemos algunos modelos avanzados como las cuatro unidades de Predator que llegaron a la base aérea de Talavera la Real (Badajoz) el año pasado, pero en Estados Unidos están yendo mucho con varios programas que buscan sustituir aeronaves que tradicionalmente estaban tripuladas por otras controladas remotamente. Cuando no autónomas.
Dentro de esta última categoría se encuadra el Boeing MQ-25 Stingray como una de los mejores posicionados de la industria y que poco a poco va realizando ejercicios reales para certificar su tecnología. La última de esas pruebas se llevó a cabo el pasado día 4 de junio, aunque el éxito no se ha dado a conocer hasta hace unas pocas horas.
La primera tanda ha consistido en el reabastecimiento en vuelo desde un MQ-25 a un caza F-18 de la Marina de Estados Unidos. "Este vuelo sienta las bases para la integración en el entorno del portaaviones, lo que permite una mayor capacidad hacia los conceptos de equipos tripulados y no tripulados", ha declarado el contralmirante Brian Corey, supervisor del programa de aviación no tripulada y armas de ataque.
"El MQ-25 aumentará en gran medida el alcance y la resistencia del futuro ala aérea del portaviones", continuó. Un punto realmente importante si tenemos en cuenta que cada aterrizaje en el portaaviones es una maniobra realmente delicada y complicada para los pilotos. Usando este tipo de aeronaves no tripuladas, los pilotos se mantienen más tiempo en vuelo y se reducen considerablemente las maniobras de aproximación y aterrizaje en las cubiertas.
Durante el vuelo, el receptor F-18 de la Marina se acercó al dron MQ-25 -todavía perteneciente a Boeing- y ejecutó la maniobra de aproximación como si de cualquier otra aeronave cisterna se tratara. Posteriormente, tras evaluar la estela generada por el dron, ambas aeronaves se conectaron y el Stingray bombeó combustible al caza.
"Esta es nuestra misión, una aeronave no tripulada que libera a nuestros cazas del papel de petroleros", ha comentado Chad Reed, capitán y gerente del programa de aviación transportada de la Marina de Estados Unidos. "El vuelo de prueba proporcionará datos iniciales importantes sobre las interacciones de la estela aérea, así como orientación y control", ha dicho Reed.
Las pruebas continuarán con el MQ-25 en los próximos meses incluyendo test relacionados con la expansión de la envolvente de vuelo, pruebas de motores y demostraciones de manejo en cubierta a bordo de un portaaviones a finales de este mismo año.
Los planes de la Marina pasan por incluir al MQ-25 Stingray en el año 2024 como uno más entre las aeronaves que operan en la cubierta de cualquiera de los portaaviones de Estados Unidos.
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