La mejora de la tecnología que ha traído consigo la nueva era de la exploración espacial tan solo está dando las primeras pistas de sectores donde se puede aplicar. Más allá de viajar de un planeta a otro, la creación de constelaciones en España o fabricar una nueva estación espacial que orbite alrededor de la Luna, las naves servirán también para realizar vuelos suborbitales.
Algo en lo que ya ha pensado Elon Musk a través de la nave Starship de SpaceX, pero que todo apunta a que irá en aumento en los próximos años con cada vez más empresas en la ecuación y sectores que demandarán este tipo de trayectos. Estos vuelos tienen pensado transportar tanto a pasajeros como a mercancía.
Gracias a la expansión de esta industria, la logística intraplanetaria puede revolucionarse en muy poco tiempo. Cualquier paquete o mercancía que quepa en una nave podría viajar desde y hasta cualquier ubicación del globo terráqueo en una hora o incluso menos. Los aviones cargueros convencionales pasarían a ser el segundo método más rápido de envío y algunos sectores, como el militar, se podrían aprovechar de ello.
Salvo casos muy contados, como el proyecto del nuevo Concorde, la industria aeronáutica tiene en la barrera del sonido una casi infranqueable. Diseñar, desarrollar y construir una aeronave de grandes dimensiones para transportar carga es muy caro y si además se le añade el factor supersónico la factura es directamente inasumible. Y eso que las naves suborbitales van mucho más rápido -y más lejos- que cualquier aeronave supersónica diseñada hasta la fecha.
Militares hipersónicos
Debido a todo lo anterior y al impulso de las naves espaciales vivido en los últimos años, el Air Force Research Laboratory de Estados Unidos (AFRL o Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea, en español) está explorando emplear cohetes de mercancías para las necesidades de transporte del Departamento de Defensa del mismo país. "El AFRL está actualmente evaluando las capacidades emergentes de los cohetes en la base de proveedores comerciales y su uso potencial para transportar rápidamente material del Departamento de Defensa a puertos de todo el mundo".
Así de tajante comienza el comunicado emitido por el propio AFRL que abre la puerta a que empresas privadas pugnen por uno de esos contratos multimillonarios. El ya denominado AFR Rocket Program se centra en evaluar y aprovechar -si finalmente apuestan por esta tecnología- únicamente las capacidades de los cohetes comerciales como un servicio arrendado. En el comunicado también dejan muy claro que no se invertirán fondos en el desarrollo de cohetes comerciales propios.
Este concepto de arrendar servicios es uno de los métodos favoritos de la actual NASA. Que desde hace varios años ha basado una parte importante de sus programas en empresas como SpaceX o Blue Origin.
Este movimiento seguro que se ha celebrado en los cuarteles generales de esa dupla de compañías como referentes actuales de los sistemas de lanzamiento estadounidenses. Donde el concepto de cohete reutilizable desempeña un papel esencial en el abaratamiento de costes.
"El AFRL espera adjudicar varios contratos para desarrollar esta capacidad", apuntan. Poniendo el foco en "empresas que pueden proporcionar servicios de lanzamiento y compañías que pueden desarrollar conceptos para avanzar en el resto del ciclo logístico". Este último requerimiento va enfocado a compañías que puedan fabricar el equipamiento complementario a los lanzamientos para cargar y descargar las naves y otros sistemas asociados.
Este programa de cohetes estará compuesto por varias campañas de pruebas para permitir que se transporten hasta 100 toneladas de carga en cualquier parte del planeta en unos plazos muy acotados. "La velocidad logística está en el corazón de supremacía militar", recalcan. "Si una empresa comercial está en desarrollo avanzado para una nueva capacidad para mover material más rápido, entonces el Departamento de Defensa debe involucrarse rápidamente y buscar ser los primeros".
Musk vs Bezos
Como apuntamos antes, tanto Elon Musk como Jeff Bezos son dos de los favoritos de la administración estadounidense para llevar a cabo esta misión de transporte militar. De hecho, las 100 toneladas que anuncia la AFRL son las mismas que la Spaceship tiene planeadas poder transportar cuando se ponga en funcionamiento comercial. Al paso de esta casualidad, Greg Spanjer, administrador del programa Rocket Cargo, ha declarado que "no vemos a SpaceX como el único proveedor viable para esta capacidad". Quien no dio más detalles sobre otras empresas.
Estos vuelos terrerestres suborbitales de Elon Musk conectarán ciudades transportando carga y pasajeros. Si se cumplen los planes de SpaceX, la Starship podrá cubrir el trayecto entre Los Ángeles y Nueva York en solo 25 minutos o el que une Londres y Hong Kong en 34 minutos.
Algo que hay que tener en cuenta de los requerimientos de la AFRL es que necesitan de un sistema que sea capaz de unir puntos dispares del planeta. Allí donde el Departamento de Defense lo necesite. Por tanto, los elegidos para llevar a cabo estos viajes suborbitales deberán disponer de naves con unas especificaciones que les permitan aterrizar y despegar en lugares provisionales sin plataformas de lanzamiento convencionales.
Por otro lado, nos encontramos a Jeff Bezos -que irá en el primer viaje tripulado de su nave New Sephard, junto a su hermano- tiene entre sus desarrollos la denominada New Glenn como una nave con cohete reutilizable y mayor capacidad que la New Sephard. Por el momento no se han realizado pruebas de esta aeronave y no parece que vaya a estar operativa en el medio plazo, algo que la Starship de SpaceX sí.
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