Uno de los grandes problemas a los que se están enfrentando las potencias espaciales mundiales es su objetivo de colocar una base humana permanente en la Luna es el agua. Llevar el líquido elemento desde la Tierra al satélite natural es un auténtico reto en el que todavía se está trabajando. De esa necesidad, han salido proyectos como el del rover Viper que tiene participación de una empresa de España, pero no es suficiente y se necesitan más iniciativas.
Tanto es así, que la propia NASA ha abierto un concurso llamado Break the ice lunar challenge, un juego de palabras que viene a traducirse como el desafío de romper el hielo lunar. "Mientras la NASA trabaja para extender la exploración humana en el sistema solar, una presencia sostenida en la Luna será fundamental para desarrollar y probar las tecnologías y sistemas necesarios para futuras misones a Marte y más allá", según describe la propia Agencia Espacial en la página web.
Si pasa el primer filtro, el premio asciende a 500.000 dólares. Una financiación clave para muchas compañías ávidas de entrar a trabajar en una gigante de la exploración espacial como es la NASA. Y además hacerlo por todo lo alto con un proyecto que pretende diseñar "una arquitectura de sistema para excavar el regolito congelado y entregue los recursos adquiridos en condiciones lunares extremas".
Cohetes rompehielos
Una de las compañías participantes en el concurso de la NASA es Masten Space System. Fundada en 2004 en la parte californiana del desierto de Mojave, su idea principal ha ido encaminada a diseñar cohetes que se parezcan más a aviones que a misiles balísticos. Esto pasa por fabricar cohetes reutilizables, como bien hace Elon Musk, y también otros vehículos espaciales como este rover tan particular.
El Rocket Mining System de Masten Space utiliza un cohete para realizar las labores mineras en la Luna. "Este método altera el suelo lunar con una serie de columnas de cohetes que fluidizan el regolito de hielo al exponerlo a un calentamiento convectivo directo", explican desde la compañía.
Para llevar a cabo tan original medio de extracción emplea un motor de cohete bajo una cúpula presurizada que permite la formación de cráteres profundos de más de 2 metros por debajo de la superficie lunar. Una forma de excavar empleando la fuerza de la propulsión a chorro del cohete equipado en el rover.
El proceso de extracción, una vez pulverizado el regolito, consiste en hacer pasar la mezcla a través de un separador magnético antes de ir a una cámara neumática donde se separan las partículas más pesadas de las menos. El resultado se hace pasar por un filtro electrostático, una segunda vuelta en la cámara neumática y la zona fría donde cualquier partícula de vapor de agua se condensa. Todo el proceso tiene una duración de entre 5 y 10 minutos.
Se espera que el sistema de minería lunar sea capaz de realizar 12 cráteres por día con una producción estimada de unos 100 kilogramos de hielo por cada uno de ellos. Una vez almacenada, el agua se puede electrolizar en oxígeno e hidrógeno usando energía solar para retroalimentar al cohete que tiene una vida útil estimada de 5 años de excavación.
"Este sistema también nos permitirá excavar rápidamente capas de regolito desecadas que se pueden recolectar y utilizar para desarrollar estructuras fabricadas aditivamente [con impresión 3D]". Además, apuntan a que el sistema de cúpula y de vacío permite recolectar todo tipo de sustancia volátil que pueda ser de interés en el futuro de la colonización humana.
Todo el Rocket Mining System tiene una masa de 1.118 kilogramos y tiene planeado aterrizar en la superficie lunar a través de un lander que también servirá como estación de servicio. Para su desplazamiento utilizará nada más que la luz solar y motores eléctricos que le confieren una velocidad máxima de 3,5 kilómetros por hora y escalar y descender pendientes de hasta el 20%.
Rover Viper
Como un proyecto en firme de la NASA y con participación de la rama española de Thales Alenia, el rover Viper es una de las grandes promesas de la exploración lunar a corto plazo. Para el 2023 tiene previsto aterrizar en el satélite a bordo de un cohete SuperHeavy de SpaceX con la única misión de encontrar agua.
Para llevar a cabo su misión, está equipado con todo un arsenal de instrumentos y herramientas que le permitirán acceder a los lugares más complicados de esa zona de la superficie marciana. El Viper contará con espectrógrafos capaces de analizar la capa más externa en busca de agua y un taladro de un metro de longitud hará la prospección si así lo requieren.
Gracias a la relativa cercanía -sobre todo si lo comparamos con Marte- el Viper se podrá "manejar como un coche radiocontrol", declaró Asís Cal, director comercial de Thales Alenia, a OMICRONO. "La idea es que la expedición dure 100 días en el cráter y vaya explorando según lo vaya manejando los operadores desde Tierra".
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