Los buques insignia de los grandes fabricantes de aviación como Airbus, Boeing o Embraer se han convertido en referentes de la eficiencia. Algunos como el A350, que se fabrica parcialmente en España, cuentan con materiales más ligeros y resistentes que nunca, obteniendo unos consumos que hasta hace poco tiempo eran impensables.
Pero nunca es suficiente. Si hay algo que caracteriza a la industria aeronáutica es su continuo afán por ir añadiendo cambios para crear aviones capaces de llegar más lejos a menor coste mientras se respetan las medidas de seguridad más exigentes. En esa línea están trabajando algunas compañías, como la ya citada Airbus, que apuestan por una próxima revolución a base motores de hidrógeno.
Una de las que mejor encaran el futuro es HES, que cuenta con sedes en Singapur y París, a través de los diversos programas que se están llevando a cabo. HES, filial de H3 Dynamics, lleva ya 15 años en la industria de los motores de hidrógeno y pondrá a disposición del Instituto Superior de la Aeronáutica y del Espacio de Francia (ISAE), con sede en la Universidad de Toulouse, su tecnología para llevar a cabo un proyecto realmente ambicioso: cruzar el Atlántico Sur con un dron impulsado con hidrógeno.
Emisiones cero
Una de las facetas más atractivas de la propulsión con pila de hidrógeno es que por el tubo de escape no sale nada más que vapor de agua. De aplicarse a parte de los aviones actuales, eliminaría de un plumazo miles de toneladas de dióxido de carbono y de otros gases contaminantes que se emiten al año a la atmósfera.
El proyecto del ISAE junto con HES pasa por la creación de Mermoz, una aeronave no tripulada con una envergadura de unos 4 metros y propulsión de hidrógeno. "Un primer paso hacia el desarrollo de aviones más grandes con bajos niveles de carbono para el transporte aéreo", según recogen en un comunicado. Algo realmente sorprendente y que puede marcar un antes y un después en la industria.
"Este es un proyecto de exploración que encaja perfectamente con las tecnologías de vanguardia que necesita la aviación", según ha declarado Jean-Marc Moschetta, quien está encabezando el proyecto compuesto por un equipo de investigadores y estudiantes del ISAE.
La fase de experimentación arrancó a principios de este año 2021 y actualmente se encuentran trabajando en la aerodinámica del dron que requerirá soportar los más de 3.000 kilómetros de distancia que tendrá que cubrir. "El uso de hidrógeno líquido busca resolver el problema de la baja densidad energética de las baterías de litio, limitando seriamente la autonomía de vuelo", indican desde ISAE.
Esto último se ha convertido en una de las grandes barreras de la aeronáutica eléctrica. Por el momento, tan solo se ha podido aplicar en aviones pequeños con requerimientos de autonomías muy bajos. Hay que contar con las reservas de tiempo de vuelo que las diferentes agencias de seguridad aérea imponen a las aerolíneas en caso de emergencia o tener que desviarse a otros aeropuertos. Esto merma de forma significativa la ya maltrecha autonomía de las baterías de litio en los aviones.
Según los cálculos llevados a cabo en la institución francesa, la propulsión eléctrica con almacenamiento de hidrógeno líquido podría proporcionar más de 6 veces más energía por unidad de masa que la propulsión eléctrica con baterías convencionales. Y solo emitiendo vapor de agua. El objetivo de los científicos pasa por unir Senegal con Brasil sin más escalas en el año 2023.
El más grande
HES tiene en su carta de aeronaves la Element One. La primera aproximación de la compañía a los aviones de pasajeros que tiene como objetivo la construcción de uno de transporte regional y quién sabe si el sistema se podrá escalar en el futuro.
Element One está diseñado para transportar a 4 pasajeros desde 500 kilómetros hasta 5.000, dependiendo si el hidrógeno se almacena en forma gaseosa o líquida. Una densidad energética mucho mayor a la que encontramos en cualquier batería de litio convencional.
Además de su gran alcance, una de las particularidades que más llaman la atención del Element One es que será capaz de reabastecerse en unos 10 minutos utilizando un sistema intercambiable que operará de forma automática.
El objetivo será cambiar el paradigma actual de los vuelos, apostando por las conexiones entre aeropuertos secundarios con aeronaves de muy bajo coste operativo y pocas plazas. En Francia, según Wingly (una app de vuelos compartidos que conecta a pasajeros y pilotos), existen 450 aeródromos de diferentes tamaños y tan solo el 10% de ellos cuenta con vuelos regulares. "Simplemente conectaremos el 90% restante", declaró Emeric de Waziers, CEO de Wingly, en relación a su colaboración con HES.
El primer prototipo de Element One construido por HES tiene planeado levantar el vuelo en algún momento del 2025, siendo uno de los pasos clave intermedios el vuelo del dron de ISAE en 2023 como validador de la tecnología de hidrógenos para largas distancias.
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