La polémica está servida en la carrera espacial estadounidense. A solo dos días del lanzamiento de Richard Branson a bordo de la VSS Unity, Blue Origin acaba de anunciar que sus naves sí irán realmente al espacio y sus vuelos no se quedarán en el plano suborbital. Y todo por la Línea Kármán.
La Línea de Kármán es una convención internacional que marca la frontera entre la atmósfera y el espacio. Según acuerda la comunidad científica, se sitúa en los 100 kilómetros de altitud respecto a la superficie terrestre. Traspasarla supone entrar -sin asteriscos aclaratorios- en el exclusivo grupo de humanos que sí han llegado al espacio y se les puede considerar astronautas.
Por otro lado, tanto la NASA como la Fuerza Aérea de Estados Unidos marcan la línea de separación entre la atmósfera y el espacio en los 80 kilómetros de altura. Si aplicamos este baremo, los vuelos de Virgin Atlantic -que suben más allá de los 80 kilómetros- podrían considerarse espaciales. Pero no si se sigue la regla internacional.
"Solamente el 4% del mundo reconoce un límite inferior de 80 kilómetros como el comienzo del espacio. New Sephard vuela por encima de ambos límites. Uno de los muchos beneficios de volar con Blue Origin", apuntan desde su cuenta de Twitter.
El pique espacial
Hasta el anuncio de Blue Origin, compañía fundada por Jeff Bezos en el año 2000, se suponía que la nave espacial New Sephard no iba a lograr traspasar la Línea Kármán. Esto suponía ofrecer una experiencia de viaje similar a la que Virgin Galactic tiene planeado ofrecer a sus futuros turistas espaciales.
El anuncio, como no podía ser de otra manera, llega en el momento justo. Poco menos de 48 horas lo separan del despegue de la nave VSS Unity donde viajará Richard Branson y aprovecha para echar un palo a la hoguera de 'piques' que ya se llevaba cociendo desde hace semanas.
Jeff Bezos anunció que iría al espacio a principios del pasado mes de junio, prácticamente mes y medio antes del lanzamiento que está previsto el 20 de julio. El ex-CEO de Amazon abrió portadas y muchos ya le anunciaban como el primero de los grandes magnates espaciales en montarse en una de sus creaciones. Pero la alegría le duró muy poco.
Por su parte Richard Branson publicó en Twitter el pasado día 2 de julio que iría en el próximo lanzamiento de Virgin Galactic; programado para el día 11 de julio. Esto a Bezos parece no haberle sentado realmente bien y en la publicación que acaba de subir Blue Origin a Twitter queda plasmado.
Las otras razones
Además de lo mencionado de la Línea de Kármán y qué es o no es un astronauta, la publicación de Blue Origin compara la experiencia que obtendrá un potencial turista que quiera volar en ambas compañías.
La segunda que apunta Blue Origin es al tamaño de las ventanas instaladas en cada sistema de lanzamiento. Mientras que en la New Sephard hay grandes ventanales, los turistas de Virgin Atlantic se tendrán que conformar con ventanas de similares dimensiones a las que se pueden encontrar en losa viones.
El tercer punto comparativo es sobre el sistema de seguridad de ambas aeronaves. Mientras que la New Sephard dispone de un sistema de escape accesible en el centro de la cápsula, los viajeros de la VSS Unity cuentan con la puerta de entrada y salida convencional.
La ecología también es un asunto delicado en estos momentos, principalmente tras la publicación de un estudio sobre el impacto medioambiental en la capa de ozono de los lanzamientos espaciales. Según Blue Origin, el impacto en la capa de ozono de su sistema es "mínimo", puesto que su sistema de escape tan solo emite agua. Mientras que el VSS Unity sí cuenta con un motor a reacción de cohete.
Y, por último, pero no menos importante, el historial de vuelo. Mientras que Virgin Galactic tan solo ha realizado 3 vuelos por encima de los 80 kilómetros de altura, la New Sephard ya cuenta con 15 completados con éxito. Eso sí, el sistema de Blue Origin todavía no ha realizado ninguno con humanos a bordo, el de Jeff Bezos será el primero.
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