El sensor español que vigila el arte: avisa de humedades y de carcoma en la madera
Investigadores valencianos han creado sensores y un software que previenen la presencia de humedad, hongos o termitas en obras de arte y estructuras de madera.
1 octubre, 2021 01:56Noticias relacionadas
Los sensores son unos dispositivos que tienen la facultad de detectar determinados elementos externos, como movimientos o ruidos, para convertirlos en una señal eléctrica. Están muy presentes en industrias como la robótica y tienen muchos usos, desde monitorizar la actividad del corazón hasta convertir el sudor en electricidad, por ejemplo. Ahora, en España también se utilizan para conservar obras de arte.
El proyecto Sispatint del Instituto Tecnológico Metalmecánico, Mueble, Madera, Embalaje y Afines (Aidimme), situado en Paterna (Valencia), tiene el objetivo de monitorizar obras de arte, como lienzos o retablos, y estructuras de madera en edificios históricos mediante el uso de un sistema de sensores que, junto a una Inteligencia Artificial (IA), previenen la presencia de carcoma, termitas y hongos en la madera; permitiendo ahorrar millones de euros en salvaguardar patrimonio histórico.
"La idea nace porque detectamos que no había soluciones eficaces para monitorizar la madera de manera automática y objetiva; y que las soluciones existentes no eran bastante competentes o bien económicamente no eran viables teniendo en cuenta la gran cantidad de patrimonio que hay. Nuestros sensores no se centran sólo en monitorizar madera de edificios patrimoniales, sino también de construcción nueva y de obras de arte", explica Miguel Ángel Abián, jefe de Tecnología y Biotecnología de la Madera de Aidimme y responsable de este proyecto, a EL ESPAÑOL - Omicrono.
Un sistema preventivo
Aidimme ha diseñado una red de sensores inalámbricos capaces de detectar desde la humedad hasta los hongos, la carcoma o las terminas mediante algoritmos de inteligencia artificial. "Los sensores se pueden insertar dentro de la madera, por ejemplo en elementos estructurales, o, en el caso de obras de arte que no se pueden dañar, adherir a ellas en una parte que no queden visibles", comenta Miguel Ángel Abián.
Los sensores utilizan un fotorreceptor y un LED para detectar si las condiciones de la madera permiten su biodegradación por hongos de prudición o por insectos. "Es un sistema preventivo, es decir, antes de que la madera comience a degradarse o cuando se dan los primeros pasos para que eso suceda, el sistema lo detecta de forma precoz y avisa al gestor o al responsable del edificio o, en su caso, del patrimonio de la obra de arte", indica Abián.
Gracias a una inteligencia artificial entrenada, además de la presencia de insectos, el sistema también puede detectar la especie, el número y el tamaño. "La IA sabe si es una termita grande o pequeña, conociendo que las primeras comen más madera; o una carcoma fina o gruesa, o si son insectos obreros o soldados. También el número y si la colonia de insectos que ataca es grande o pequeña; o si se va reduciendo al ejecutar un tratamiento antitermitas".
Esta información se transmite a un nodo receptor y de ahí va a plataformas en la nube. Unos datos con los que Aidimme crea un informe en el que explican en qué estado está la madera, como si hay que cambiarla o protegerla. Además de prevenir, si se observa alguna incidencia de insectos, los datos también sirven para "determinar el tipo de tratamiento que se puede aplicar y que sea más respetuoso con el medio ambiente".
En la construcción
Los sensores no son dañinos ni entrañan ninguna peligrosidad, ya que funcionan con pilas AA. Por lo tanto, no hay peligro de corrientes ni de campos electromagnéticos. "El sensor también puede avisar e informar de cómo están sus componentes electrónicos, como el nivel de la batería o si ha habido algún reinicio accidental. Por lo que si las pilas se terminan, manda una señal. Hay aproximadamente unos 50 parámetros en cada paquete de datos que envía el sensor", señala el responsable del proyecto.
El proyecto nace de la necesidad de monitorizar elementos de madera porque "son más delicadas y presentan más incertidumbre. Además, el patrimonio histórico en gran parte tiene estructuras de madera y obras de arte en este material", indica Miguel Ángel Abián. Más allá de estar encaminado a esto último, los sensores también están pensados para utilizarse en la arquitectura moderna, "ya que bastantes edificios grandes, incluso rascacielos, tienen estructuras de madera. Es un material con pasado pero con mucho futuro. Los sensores son una forma de dar seguridad a los constructores y a los propietarios", concluye.
El proyecto Sispatint 2021 está financiado por la Generalitat Valenciana mediante el programa Planes de Mejora de la Actividad y Capacidad de I+D Fondos GVA para el ejercicio 2021, impulsado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE). Por ahora los sensores se están probando en edificios históricos de la ciudad, como la Catedral de Valencia o el Mercado Central, y en barrios donde la humedad crea condiciones para la aparición de termitas. Incluso se pueden encontrar en algunos tramos de la muralla de Ávila o en el Museo Vasco de Bayona en Francia.
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