Tras más de 30 años de trabajo orbitando alrededor de la Tierra, al telescopio Hubble tendrá digno sustituto el próximo diciembre. El 18 de ese mes -a una hora en España todavía por determinar- tiene previso despegar el telescopio James Webb, que recorrerá un millón y medio de kilómetros para posicionarse en su órbita como una de las plataformas de observación espacial más importantes de los años venideros.

Más allá del extraordinario desarrollo tecnológico que lleva detrás, el telescopio Webb está acaparando comentarios debido precisamente a su nombre. James E. Webb fue el segundo administrador de la NASA, un cargo político que desempeñó entre 1961 y 1968 en plena era dorada de la industria aeroespacial de desembocó en 1969 con la llega del primer humano a la Luna.

Antes de recalar en la NASA, Webb fue subsecretario de estado en la administración Truman durante el Lavender Scare (Terror Lila, en su traducción al español) que supuso la persecución de los homosexuales en los años 50. Este periodo, uno de los más oscuros vividos por la comunidad de gais y lesbianas de Estados Unidos, desembocó en la pérdida de miles de puestos de trabajo gubernamentales al ser considerada su orientación sexual como un riesgo para la seguridad.

La posibilidad de renombrar el telescopio a menos de dos meses de su lanzamiento sigue en el aire, recrudeciéndose el debate en las últimas semanas en las redes sociales. Aunque ya hubo voces que sacaron a relucir el pasado de Webb en 2015 y otras más influyentes hicieron lo propio la pasada primavera, cuando varios astrónomos publicaron un artículo de opinión en la revista Scientific American titulado The James Webb Space Telescope needs to be renamed (El telescopio espacial James Webb necesita ser renombrado, en español).

Telescopio Webb NASA/Chris Gunn

"Como directivo, Webb tenía la responsabilidad de las políticas promulgadas bajo su liderazgo, incluidas las homofóbicas que estaban vigentes cuando se convirtió en administrador de la NASA", recogen los 4 astrónomos en el artículo. "El nombre de una misión tan importante, que promete permanecer en la psique popular y científica durante décadas, debería ser un reflejo de nuestros más altos valores".

En el otro lado del cuadrilátero argumental se encuentra Hakeem Oluseyi, astrofísico del Instituto de Tecnología de Florida, quien defiende la denominación James Webber para el próximo telescopio orbital en el que también participan la agencia europea y canadiense. Oluseyi señala que Webb era un defensor de los negros y las mujeres en la NASA, promovió un programa científico fuerte y había sido identificado incorrectamente en Wikipedia como fuente de una cita que iba contra la estabilidad emocional de aquellos "que se involucran en actos abiertos de perversión", según recoge New York Times.

La polémica saltó incluso a los despachos de la NASA, que en mayo prometió abrir una investigación completa por parte de su historiador jefe. El 27 de septiembre, hace menos de un mes, la agencia emitió una declaración del actual administrador indicando que no han encontrado evidencia en este momento que justifique cambiar el nombre del telescopio James Webb.

La reacción por parte de algunos astrónomos y entusiastas de la astronomía no se hizo esperar y unos 1.200 firmaron una petición para que el telescopio cambie de nombre; afirmando que "bajo el liderazgo de Webb, las personas queer eran perseguidas" y dirigiéndose directamente contra los que disculpan sus actos: "Aquellos que disculpen el fracaso del liderazgo de Webb no pueden simultáneamente otorgarle el crédito por su gestión de Apollo".

Por el momento y tras las declaraciones del actual administrador Bill Nelson designado por Joe Biden en mayo, la NASA planea mantener el nombre de James Webber para su telescopio. Que, si todo sale según lo previsto, saldrá rumbo al espacio el 18 de diciembre desde la plataforma de lanzamiento que la ESA europea tiene en la Guayana Francesa.

También te puede interesar...

Noticias relacionadas