La tecnología de impresión 3D da muestras de lo que es capaz en sectores tan diversos como la construcción o la medicina. Con esta técnica se ha fabricado el primer puente de acero impreso en 3D en Ámsterdam, mientras que en España se utiliza para crear piezas clave en cirugías complicadas facilitando la labor facultativa.
Precisamente en este último campo, la medicina moderna adopta continuamente nuevas tecnologías para con el fin de agilizar los procesos de suministro en los hospitales y fabricar implantes y prótesis personalizados que sirvan de forma más eficiente a las necesidades de cada paciente. Ejemplo de ello es el caso del primer hombre en utilizar un ojo protésico impreso en 3D.
Steve Verze, quién perdió un ojo a los 20 años, ha recibido su nuevo ojo artificial en el Hospital Moorfields Eye de Finsbury en Londres, institución que ha impulsado un estudio clínico para el que la impresión 3D presenta varias ventajas. Esta tecnología promete resultados más realistas que los clásicos ojos de acrílico y un sistema de fabricación más rápido, lo que facilitaría reducir las listas de espera para estos pacientes.
Proceso menos invasivo
"La pérdida de un ojo puede afectar la confianza, la salud mental y la calidad de vida, así como la visión" explica la organización Moorfields Eye Charity que apoya el proyecto de investigación. Más de 8 millones de personas en todo el mundo llevan una prótesis ocular, asegura la organización benéfica que también denuncia que en los últimos 50 años no ha habido avances significativos en este campo.
Desde la década de los años 50, las técnicas para fabricar prótesis oculares se han mantenido. Suele ser un proceso manual, que requiere de las habilidades de un ocularista, el especialista que da forma y pinta la prótesis tratando de ser lo más fiel al ojo del paciente. Esto supone unos tiempos de espera muy largos, así como unos resultados variables.
Esta nueva prótesis es lo que se conoce como biomímica: ciencia basada en la naturaleza. El resultado impreso en 3D permite pasar la luz hacia la profundidad del ojo artificial de forma más parecida a como sucede en los ojos reales, al contrario que con las prótesis tradicionales que solo la reflejan.
Otra de las ventajas que presenta esta tecnología frente al proceso tradicional es la eliminación de la técnica para hacer un molde de la cuenca del ojo de cada paciente. Los ocularistas necesitan contar con un molde personalizado que refleje la fisionomía personal para que el ojo artificial encaje bien.
Para conseguirlo se suele inyectar alginato dental en la cuenca durante varias horas, el resultado será la base sobre la que trabaje el especialista durante semanas, incluso meses, hasta terminar la prótesis. Este proceso puede ser molesto y desagradable para los adultos, pero para los niños es aún más invasivo. Sin embargo, con las nuevas tecnologías solo se requiere el escaneo de la cuenca vacía y del ojo sano para reproducir la prótesis.
Ojos a medida
Las empresas, Ocupeye y Fraunhofer IGD han colaborado con el ensayo clínico en la elaboración del software para diseñar los ojos artificiales. Su sistema "hace posible trabajar con múltiples materiales de impresión al mismo tiempo para reproducir exactamente la geometría y los colores", declaran desde la compañía Fraunhofer IGD.
Tras realizar el mapa de la cuenca y el ojo sano, las muestras digitales se han enviado a la empresa FIT AG en Alemania donde se imprime la prótesis en dos horas y media. Otras marcas como Fripp Design llevan varios años trabajando con la Universidad Metropolitana de Manchester en este campo de investigación y son capaces de producir más de 120 ojos en una hora. Su sistema imprime un catalizador de platino en un baño de silicona líquida.
Tras la impresión 3D en Alemania, el ojo se envía a un ocularista de Moorfields para terminar de pulir y ajustar la prótesis. El proceso entero dura de dos a tres semanas, según se vaya mejorando la tecnología, ese tiempo podría ser aún menor.
El profesor Mandeep Sagoo lidera este ensayo: "Estamos entusiasmados con el potencial de este ojo protésico totalmente digital. Esperamos que el próximo ensayo clínico nos proporcione pruebas sólidas sobre el valor de esta nueva tecnología, que demuestre la diferencia que supone para los pacientes. Claramente tiene el potencial de reducir las listas de espera" afirma.
De momento, son pocas las empresas de impresión 3D que están trabajando con este objetivo, aunque el desarrollo de estas prótesis lleva años en marcha en diferentes países. El principal objetivo de la industria 3D es fomentar la autofabricación. Que en los propios hospitales haya algún día máquinas con las que fabricar lo necesario y que el paciente vuelva a casa ese mismo día con un ojo nuevo para iniciar su recuperación física y psicológica.
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