La NASA ha llevado a cabo parcialmente la prueba de carga de combustible de su gigantesco cohete SLS. Esta fase se suspendió el fin de semana por un fallo técnico y el impacto de varios rayos, retomando el ensayo en un segundo intento este lunes 4 de abril. El ensayo general húmedo, donde se cargan los tanques, es la última prueba importante antes del lanzamiento del cohete.
El SLS debe realizar una salida al espacio en 2022 antes de convertirse en los próximos años en el cohete que lleve de nuevo a un grupo de astronautas a la Luna en la misión Artemis. Pero para poder despegar, antes hace falta completar con éxito el ensayo general húmedo que se está encontrando con ciertos problemas técnicos por el camino.
La prueba de este lunes 4 de abril se retrasó por un problema con el límite de temperatura para el oxígeno líquido, lo que no impidió que los equipos consiguieran cargar con éxito el oxígeno líquido y llenar el tanque al 50%. Aunque el ensayo no se ha completado, se ha podido avanzar y comprobar algunos sistemas importantes en el proceso.
Llenando el tanque
Una vez que los meteorólogos de Space Launch Delta 45, una unidad de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos, han asegurado que no había restricciones climáticas, se ha procedido con el ensayo general. Se debía comenzar a las 7:40 de la mañana, hora local en Cabo Cañaveral (Florida, EEUU), pero "una interrupción con el proveedor de nitrógeno gaseoso requerido para los preparativos del tanque" implicó una demora.
Al final, la NASA ha podido iniciar el proceso por el que se han enfriado las líneas de oxígeno líquido para la parte centra del cohete. Después se procedía a cargar el oxígeno líquido en el tanque. Sin embargo, cuando el tanque se encontraba por la mitad, "los equipos encontraron un problema con un panel en el lanzador móvil que controla la válvula de ventilación de la etapa central", explica la agencia en su blog.
El propósito de la válvula de venteo es aliviar la presión de la etapa central durante el llenado del tanque, pero dado que el problema no se terminaba de solucionar y que los trabajadores estaban llegando al final de sus turnos, el director de lanzamiento decidió detener la prueba por el día.
Retrasos necesarios
La agencia no indica cuándo retomarán el ensayo donde lo dejaron, un equipo debe ahora investigar el problema en la plataforma y revisar "la disponibilidad del rango y el tiempo necesario para cambiar los sistemas antes de tomar una determinación sobre el camino a seguir", explican.
Los fallos técnicos y retrasos son habituales en los ensayos cuyo objetivo es precisamente este, detectar los posibles fallos y solucionarlos antes de el día decisivo en el que el cohete con tripulación o sin ella debe partir al espacio. El proceso de criogenia es muy delicado, hay que tener en cuenta que el oxígeno líquido es un propulsor extremadamente frío que se mantiene a menos 297 grados Fahrenheit y en ese caso se necesita cargar 700.000 galones (unos 2.649.788,25 litros) y comprobar que no hay ninguna fuga.
La NASA se muestra satisfecha con los avances y asegura que la prueba, aunque incompleta, "brindó a los equipos una valiosa oportunidad para capacitarse y asegurarse de que los procedimientos de carga modelados fueran precisos". Era, además, la primera vez que se usaban estos nuevos sistemas en el Complejo de Lanzamiento del Centro Espacial Kennedy 39B de la NASA.
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