La conjunción de misiles, radares y sistemas antiaéreos está haciendo su trabajo en Ucrania. Prueba de ello son los helicópteros y cazas rusos cuya chatarra quemada se encuentra tan desperdigada en suelo ucraniano como la de los carros de combate BMP-2 y T-72. Aunque también los drones del Kremlin han recibido su particular dosis de fuego enemigo, con especial predilección por el modelo Orlan-10, una de las plataformas de espionaje más utilizadas por Moscú para revelar posiciones enemigas.

Se estima que un total de 34 drones rusos de todo tipo han sido destruidos o capturados desde que comenzó la invasión. Un total de 21 pertenecen al modelo Orlan-10, según datos de Oryx, que lleva la cuenta únicamente de las unidades confirmadas, y de ellos 14 habrían sido destruidos y 4 capturados por las tropas ucranianas.

Cada dron intervenido es revisado por los soldados de Ucrania y en algunos de ellos se han encontrado algunas sorpresas. La última ha sido una cámara de fotos Cannon de menos de 500 euros que estaba atada a un Orlan-10 con una cinta adhesiva y cuyo botón de cambio de moto se había inutilizado.

"Esto es real", comenta el soldado que aparece en el vídeo publicado. "Incluso pensamos en enviar esta tecnología 'espacial' a nuestros socios occidentales", según dice bromeando en el propio metraje. Esto puede dar una idea de la escasez de piezas y recambios que vive Rusia actualmente o bien de que no se trata de un dron con tecnología tan avanzada como se creía.

Orlan-10

Dron de espionaje

El Orlan-10 entra dentro de la categoría de vehículo aéreo no tripulado de mediano alcance y multipropósito. Se ha desarrollado en el Special Technology Center situado en la ciudad rusa de San Petersburgo y comenzó a desarrollarse en la primera década de los 2000. No fue hasta el 2010 cuando entró en la cadena de producción y su primera misión oficial se llevó a cabo en octubre de 2015 en una base de Rusia en Armenia para unas tareas de reconocimiento en alta montaña.

Poco a poco fue extendiéndose por las diferentes bases militares y batallones a lo largo del país. Un sistema completo de Orlan-10 se compone de los propios drones, el sistema de lanzamiento y recuperación, el mando terrestre del control y de una carta de cargas útiles intercambiables. Cada estación en tierra tiene la capacidad para controlar hasta 4 drones simultáneamente u organizar una red más completa con 30 operadores encargados también de monitorizar los datos recogidos por esas cargas útiles.

Preparando la catapulta para el Orlan-10 Mil.ru

Tiene una envergadura de 3,1 metros y un fuselaje de 2 metros de largo. El paso en vacío es de 12,5 kilogramos mientras que la masa máxima al despegue es de 16,5 kilogramos. Esto deja 4 kilos disponibles para equipar cargas útiles como cámaras y sensores.

Cuenta con un sistema de despegue mediante catapulta por lo que no necesita de grandes instalaciones o espacios grandes para operar. Por otro lado, el aterrizaje lo realiza de forma manual empleando un paracaídas.

En cuanto al propulsor, emplea un motor japonés fabricado por Saito de un solo cilindro con 1 caballo de potencia que alimenta a una hélice de dos palas. Debido a los diferentes embargos económicos y comerciales aplicados en Rusia, es posible que no puedan acceder a piezas o recambios del motor.

El Orlan-10 cuenta con una autonomía de unas 18 horas y un radio de acción de entre 120 y 600 kilómetros en los que puede enviar datos, según Airforce Technology. Su velocidad de crucero se sitúa en 110 kilómetros por hora y su máxima en 150. Puede volar a una altitud máxima de 5.000 metros y resistir a vientos de hasta 10 metros por segundo y a un intervalo de temperaturas que va desde los -30 a los 40 grados centígrados.

Orlan-10 Ria

En cuando al equipamiento que puede acarrear, el dron tiene diferentes cargas intercambiables que lo hacen flexible y adaptable según las necesidades del operador. Además de la Cannon, oficialmente cuenta con un sensor óptico diurno y una cámara térmica nocturna, ambas estabilizadas bajo el fuselaje.

El sistema de telecomunicaciones 4G a bordo permite proporcionar imágenes en directo, mapeados en 3D, vigilancia y reconocimiento aéreo de objetivos terrestres. También puede emplearse como plataforma aérea de guerra electrónica equipando sistemas que generan interferencias para impedir las comunicaciones de los enemigos.

Orlan-10 en la catapulta

Puede operar tanto en modo manual como autónomo —gracias a un piloto automático— durante el día y la noche. El operador puede predefinir un plan de vuelo y el dron lo sigue sin intervención humana mientras envía los datos en tiempo real a la base de control. El escuadrón básico de vuelo se compone de tres unidades con tareas diferenciadas: el primero realiza labores de inteligencia, el segundo de guerra electrónica y un tercero sirve como enlace con el puesto de mando.

Además de las fuerzas terrestres de Rusia, el Orlan-10 está presente en Kazajistán y en Venezuela. En este último caso, el dron se ha empleado en la vigilancia de la frontera del país con Colombia para detectar infraestructuras de las FARC en 2021. También lo empleó Moscú en la guerra civil de Siria.

Despegue Orlan-10

El dron turco de Zelenski

Al otro lado de la línea, se encuentra en dron turco Bayrak TB2 como una de las grandes revelaciones de la actual guerra. En este caso, se trata de una aeronave no tripulada mucho más grande que tiene la posibilidad tanto de servir como plataforma de inteligencia como de ataque.

Desde que comenzó la invasión, Ucrania ha recibido varias unidades de este modelo que se han unido a las que ya tenían en sus hangares. Según los informes, los Bayraktar han sido responsables de un buen número de bajas rusas con especial ahínco en los carros de combate y operan actualmente en Catar, Azerbaiyán y Marruecos; además de en Ucrania y Turquía.

Dron Bayraktar TB2 .

El TB-2 tiene una altitud de crucero de 5.500 metros con un techo de vuelo situado en los 8.000. La autonomía máxima que consigue es de 27 horas, aunque depende mucho de las particularidades del vuelo como la meteorología o la carga útil con el que esté equipado. Al igual que el Orlan-10, cuenta con un sistema de vuelo autónomo solo que en el caso del turco puede despegar y aterrizar sin intervención humana.

Su motor de 100 caballos le proporciona una velocidad de crucero de 130 kilómetros por hora y cuenta con 150 kilogramos de carga útil, además de un depósito de 300 litros de gasolina. Pero, sin duda, donde destaca es en la capacidad de llevar misiles.

Bayraktar TB2 Baykar

Dispone de anclajes donde acarrear misiles aire-tierra —también turcos— MAM-C y MAL-L. El primero de ellos es la versión más explosiva y el segundo se encuadra dentro de las municiones termobáricas. Ambos cuentan con guiado por láser y un alcance que va desde los 8 a los 15 kilómetros, respectivamente.

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