Los misiles que rivalizan con el Satán ruso: alcance mundial, nucleares y altamente destructivos
Los misiles balísticos intercontinentales no son algo exclusivo de Rusia. EEUU, China, India o Francia también poseen este tipo de armas nucleares.
24 abril, 2022 03:05Noticias relacionadas
Las grandes potencias militares mundiales han redoblado esfuerzos en las últimas décadas en sus programas de desarrollo de los misiles balísticos intercontinentales. El último de mostrar su tecnología ha sido Rusia con el arma Satán II, con posibilidad de alcanzar cualquier país europeo, incluido España, que promete una cobertura mundial cuando entre en servicio. Pero no son los únicos. Estados Unidos, China, Corea del Norte, Francia, Reino Unido o India cuentan con desarrollos más o menos avanzados y capacidad nuclear.
En la actualidad, se pueden distinguir un par de categorías muy diferenciadas de misiles balísticos intercontinentales atendiendo a su sistema de lanzamiento. La primera, conocida por sus siglas ICBM, emplea una plataforma desde tierra firme. Bien desde un vehículo —camiones o trenes— o desde unas instalaciones subterráneas denominadas silos. Este es el caso de los modelos Satán ruso o del Trident II estadounidense.
El segundo método emplea un submarino como plataforma de lanzamiento y abre la puerta a un nuevo tipo de armamento denominado SLBM, una versión subacuática del ICBM. Esta característica le proporciona una excelente disponibilidad con cobertura mundial al tiempo que se desplaza de forma secreta por los mares y océanos de todo el planeta.
El inicio de los misiles balísticos intercontinentales se remonta al desarrollo armamentístico de la Alemania de la Segunda Guerra Mundial. Por aquel entonces, ya controlaban los sistemas de propulsión y se conoce que trabajaron en un ICBM capaz de atravesar el Atlántico. Una modelo que nunca llegó a usarse, pero que sirvió de germen para la fiebre balística de la Guerra Fría.
Estados Unidos
Las tensiones con la Unión Soviética y la carrera espacial fueron factores decisivos para el desarrollo de los misiles balísticos intercontinentales. Además, Estados Unidos es uno de los países con más cabezas nucleares del mundo —por detrás de Rusia— que pueden equiparse en los ICBM y SLBM.
El único ICBM de Estados Unidos actualmente es la tercera generación del LGM-30 Minuteman. Desarrollado en los años 50 por Boeing, la primera versión comenzó su vida operativa en 1962 como el arma intercontinental de cabecera del país norteamericano.
Con una longitud de 18,3 metros y un diámetro máximo de 1,6, el Minuteman III cuenta con un sistema de propulsión de 3 etapas que le catapultan a una altitud máxima de 1.100 kilómetros. Dos de esas etapas están fabricadas por la compañía Aerojet, quien también se encargó de los motores del Transbordador Espacial y actualmente trabaja en el cohete SLS.
La versión actualmente operativa tiene un alcance estimado de 14.000 kilómetros con una velocidad máxima de unas 23 veces la del sonido (28.200 kilómetros por hora). Emplea uno de los silos distribuidos en algunas bases militares del país como sistema de lanzamiento y se estima que puede equipar vehículos de reentrada capaces de dirigir ojivas nucleares a diferentes objetivos.
En lo relativo a los SLBM submarinos, Estados Unidos dispone del modelo UGM-133, también conocido como Trident II. Este misil lleva desde el año 90 en activo dentro de la Navy del país y cuenta con una amplia carta de ojivas nucleares que puede equipar.
El sistema de propulsión se compone de 3 motores de combustible distribuidos en 3 etapas que proporciona un alcance superior a los 12.000 kilómetros a 24 veces la velocidad del sonido (29.000 kilómetros por hora) en su etapa terminal.
China
El gigante asiático ha sido uno de los países que más ha invertido en los últimos tiempos en el desarrollo de los misiles balísticos intercontinentales. Su primer modelo, el DF-4, entró en servicio en los años 70 y el más reciente conocido, el DF-41, hizo lo propio en 2017.
Este último tiene una masa estimada de 80 toneladas con una longitud de 21 metros y un diámetro de 2,25 metros, según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. A diferencia del Minuteman III estadounidense, este ICBM dispone además de una plataforma de lanzamiento móvil en camión o en tren.
El DF-41 puede acarrear en su interior armas nucleares equipadas en hasta 10 vehículos de reentrada independientes. Esta carga atómica emplea un sistema de propulsión de 3 etapas con una autonomía alrededor de los 15.000 kilómetros a 25 veces la velocidad del sonido.
En cuanto a los SLBM, el departamento náutico del Ejército de Liberación Popular tiene a su disposición el JL-2. Este misil intercontinental de 42 toneladas y 13 metros de longitud viaja a bordo de los submarinos chinos Clase Jin desde el 2015.
Tiene un alcance estimado de 7.200 kilómetros y la capacidad de adaptarse a varias ojivas nucleares diferentes. Desde una única carga hasta 8 vehículos de reentrada independientes. Actualmente China se encuentra desarrollando el SLBM JL-3 más potente con un radio de acción que llega hasta los 12.000 kilómetros.
Rusia
Bajo el mando de Vladímir Putin se encuentra uno de los arsenales de misiles balísticos intercontinentales más importantes y extensos del mundo. La herencia soviética es todavía hoy pieza clave en la composición armamentística y en los últimos años se han ido desarrollando programas nucleares para renovarla.
Además del Satán II, Rusia tiene el Satán —de primera generación— que comenzó su andadura en los años 70. Este misil dispone de un alcance de 11.000 kilómetros, 200 toneladas peso y la capacidad de acarrear 10 ojivas nucleares al mismo tiempo de hasta 1 megatón cada una.
A este ICBM se une el UR-100N que la OTAN denominó SS-19 Estilete. Se desarrolló durante la primera mitad de los 70 y desde entonces se mantiene activo gracias a diversas actualizaciones. Puede acarrear hasta 6 vehículos de reentrada que incorporan un motor direccional cada uno.
El armamento nuclear intercontinental ruso se remata con el SLBM R-29RMU Sineva que lleva operativo desde 2007. Este misil de lanzamiento submarino puede equipar hasta 10 vehículos de reentrada y tiene 8.300 kilómetros de alcance.
La otra pata de los misiles intercontinentales la protagonizan los enormes camiones que no pierden la ocasión de participar en los desfiles militares. Entre los programas más importantes se encuentra el Topol-M, una de las armas terrestres más potentes de las que dispone Rusia.
Se incorporó a filas en 1997 y sus 47 toneladas le permiten transportar una única ojiva nuclear de hasta 1 megatón. La ojiva viajará a una velocidad máxima de 26.400 kilómetros por hora y alcanzará los 11.000 kilómetros
Corea del Norte
El ejército comandado por Kim Jong-un es otro de los que puede presumir de contar con misiles balísticos intercontinentales. De hecho, se encuentra en inmerso en una densa programación de lanzamientos con el fin de validar la tecnología actual y enfocándose en las armas hipersónicas.
Sin una flota de submarinos con capacidad de lanzamiento de SLBM, la estrategia norcoreana se ha basado en los ICBM. El más avanzado tecnológicamente de todos es el Hwasong-17 que fue presentado en 2020 con motivo del 75 aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores.
Corea del Norte ha guardado con mucho recelo las especificaciones técnicas de este misil. Se estima que tiene un peso de entre 80 y 150 toneladas, una longitud de entre 24 y 26 metros y un diámetro de entre 2,4 y 2,9 metros. Tan solo se conoce que su primera etapa de propulsión está protagonizada por 2 motores RD-250 que se alimentan de combustible líquido y que le confieren de unos 15.000 kilómetros de alcance.
El último lanzamiento —conocido oficialmente— del Hwasong-17 ocurrió el pasado 24 de marzo y, según los medios gubernamentales, fue todo un éxito. El cohete alcanzó una altitud de 6.248 kilómetros junto con un desplazamiento de 1090 kilómetros.
"Está claro que los misiles de Corea del Norte son lo suficientemente potentes como para cubrir el alcance de un misil balístico intercontinental", según explicó Lee Byong-chui, experto en proliferación nuclear del Instituto de Estudios del Lejano Oriente de la Universidad de Kyungnam en Seúl, a New York Times.
Reino Unido y Francia
Como parte de un acuerdo de colaboración, Reino Unido posee los misiles submarinos intercontinentales UGM-113 Trident II. El mismo modelo de Estados Unidos fabricado por Lockheed Martin y con más de 12.000 kilómetros de alcance. En el caso británico, la plataforma de lanzamiento está compuesta por los submarinos nucleares de la clase Vanguardia.
El único país de la Unión Europea en disponer de misiles balísticos intercontinentales es Francia. Al igual que Reino Unido, se trata de armamento SLBM desplegado desde submarinos y cuyo modelo más moderno comenzó su servicio en 2010.
El M51, como se conoce al misil, cuenta con una masa de 51 toneladas, una longitud de 12 metros y un diámetro máximo de 2,3. Actualmente cuenta con 2 versiones operativas y una tercera en pleno desarrollo.
Su sistema de propulsión está protagonizado por 3 etapas alimentadas por combustible sólido que alcanzan las 25 veces la velocidad del sonido y un rango operacional de hasta 10.000 kilómetros.
India
Inda fue el último país en incorporarse al clun de los misiles balísticos intercontinentales. El Agni-V, como así se llama su único modelo, lleva operativo desde el 2018 y puntualmente realizan ensayos de lanzamiento.
El Agni-V tiene un peso de unas 56 toneladas en 17,5 metros de longitud por 2 de diámetro mientras que el peso de su ojiva se sitúa en 1.500 kilogramos. Cuenta con un propulsor de 3 etapas de combustible sólido y obtiene un alcance de 8.000 kilómetros, según informó el Ministerio de Defensa del país.
La velocidad máxima en su fase terminal es de 29.400 kilómetros por hora y puede equipar armamento atómico, aunque por el momento no dispone de vehículos de reentrada. La plataforma de lanzamiento escogida por India se basa en un camión 8x8 y en un tren.