"El infierno ha llegado a la Tierra. A Azovstal". Ese fue el mensaje del asesor de la alcaldía de la ciudad ucraniana Mariúpol Petro Andriushchenko para describir la situación tras la caída de las bombas de fósforo blanco. Este arma, prohibida para su uso sobre la población en España y en todo el mundo, caía sobre la acería Azovstal al mismo tiempo que el país conseguía ganar el Festival de Eurovisión.
Las bombas de fósforo blanco (conocido por sus siglas en inglés WP) se erigen como una de las armas más mortíferas de todas las empleadas en la invasión a Ucrania, donde también se han reportado lanzamientos de bombas termobáricas con consecuencias fatales. Actualmente, el WP no está considerado como un arma química por la Convención de Armas Químicas (CWC) debido a que puede emplearse exclusivamente como munición militar, sin fines de agente tóxico contra población civil.
Algo en lo que se escudan los países que la almacenan y emplean. Y es que la de la noche del sábado no ha sido la primera vez que el Kremlin ordena la utilización del fósforo blanco en las últimas semanas. Ya a mediados de marzo Ucrania denunció que Rusia había usado bombas de fósforo blanco en varias partes del país, con especial hincapié en Lugansk.
"No voy a especular más allá de decir lo siguiente: cualquier uso de armas químicas cambiaría enormemente la naturaleza del conflicto, sería una flagrante violación de la ley internacional y tendría consecuencias generalizadas y severas", señaló Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, en aquella ocasión.
Arde el aire
Aunque las primeras granadas de fósforo blanco se lanzaron en 1916 en mitad de la Primera Guerra Mundial, el gran estreno y expansión de este tipo de arma ocurrió en la Segunda. Se conoce que, al menos, Estados Unidos, Reino Unido y Japón las usaron en aquel entonces, convirtiéndose en una de las municiones fijas de otros países como la extinta Unión Soviética y que todavía hoy está presente en buena parte del mundo.
Más recientemente, ha estado presente en la Guerra de Vietnam, Guerra de Irak y durante la guerra civil en el este de Ucrania. En esta última ocasión —ocurrida en 2014— el Comité de Investigación de la Federación de Rusia acusó a Ucrania de emplear este tipo de munición contra población civil, no existiendo objetivos militares en las inmediaciones de la zona de ataque.
Ahora, parece que la dirección de ataque ha cambiado y son los rusos los que han decidido emplear este fósforo blanco. "Utilizaron proyectiles incendiarios 9M22S con capas de termita. La temperatura de combustión es de entre 2.000 y 2.500 grados centígrados. Es imposible detener la quema", prosiguió Andriushchenko en su canal de Telegram.
El funcionamiento de este tipo de armamento contempla la explosión de la carga metros antes de llega a impactar en el suelo para esparcir el material. Ampliándose el radio de acción mientras el fósforo blanco interacciona directamente con el oxígeno.
Las partículas incandescentes consecuentes a esta reacción forman una densa nube de humo a altísima temperatura que cae sobre la población produciendo quemaduras de diversos grados. Además, su propiedad para absorber la humedad del ambiente alimenta la densidad de la nube, produciendo más de 3 kilogramos de humo por cada uno de fósforo blanco.
Si ya la parte de las quemaduras produce un daño letal, el fósforo blanco va más allá debido a que el cuerpo humano lo absorbe a través de las áreas quemadas. Esto provoca daños en órganos internos como el corazón, el hígado o los riñones. Otra de sus propiedades bélicas es la de dejar inutilizados los sistemas de visión nocturna debido a la radiación masiva en el espectro infrarrojo que produce la nube incandescente.
Misiles incendiarios
A pesar de que el fósforo blanco no está considerado como un arma química por la CWC, el derecho Internacional sí que prohíbe su uso contra población civil desde los años 80. Algo que, según reportaron desde el lado ucraniano, Rusia habría hecho al bombardear el complejo metalúrgico de Azovstal, situado a orillas del Mar Negro. Y que no se considera una instalación militar ni está claro que todos los que allí se encuentran personal del ejército.
El redoble de esfuerzos militares de Moscú al este del país ha sido la estrategia a seguir en las últimas semanas tras los fracasos acumulados en la invasión. Algo que no ha impedido al Kremlin desplegar su misil incendiario 9M22S.
El propio Andriushchenko publicó en sus redes sociales fotografías de uno de estos misiles donde se puede leer un mensaje escrito en el propio fuselaje haciendo referencia a la Orquesta Kalush que se erigió como ganador en la gala eurovisiva de Turín.
El 9M22S dispone de un calibre de 122 milímetros por una longitud de casi 3 metros. Su capacidad de carga de 6 kilogramos de elementos incendiarios se reparten en 180 piezas individuales que esparce en la atmósfera segundos antes de impactar contra el suelo.
También te puede interesar...
- Azufre, el potente misil antibuques que recibirá Ucrania: 25 km de alcance y ojiva de fragmentación
- Así es el A-10, el experimentado caza de EEUU que machaca los tanques más modernos
- Los drones que Rusia sacrifica para que Ucrania revele dónde están sus defensas aéreas
- Así es el Rayo de Hierro, la nueva cúpula antiaérea de Israel que fulmina misiles con un láser en 4 segundos
Noticias relacionadas
- El ingenio de Ucrania para derribar más helicópteros rusos: sus camionetas se convierten en lanzamisiles
- Azufre, el potente misil antibuques que recibirá Ucrania: 25 km de alcance y ojiva de fragmentación
- Rusia ataca con fósforo blanco Azovstal tras ganar Ucrania Eurovisión: "El infierno ha llegado"