WZ-8, el dron espía de China con potencial nuclear: más de 5.000 km/h a 40.000 metros de altitud
Basados al este del gigante asiático, tienen como principal tarea la ejecución de labores de reconocimiento a una gran altitud.
18 agosto, 2022 02:42El recelo con el que China trata su tecnología militar hace que la información fluya con cuentagotas y siempre muy controlada para no revelar más detalles de los estrictamente necesarios. Una política opuesta a la que siguen países como España donde la práctica totalidad del material disponible está bien catalogado. Entre esos grandes desconocidos —o casi— del gigante oriental se encuentra el dron hipersónico WZ-8.
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Presentando en público por primera vez en 2019, se trata de uno de los programas más secretos de cuanto se encuentran bajo la mano de Pekín. Y es que la industria de lo hipersónico se ha convertido en el principal as bajo la manga de las principales potencias militares mundiales. Estados Unidos, Rusia y la propia China son los máximos exponentes en el desarrollo de esta tecnología en una carrera que, por el momento, lidera Moscú.
Si bien el espectro supersónico es un terreno muy conocido, con aeronaves que lo emplean desde hace muchas décadas, crear aeronaves hipersónicas —que van a más de 5 veces la velocidad del sonido— no es una tarea tan sencilla. Requieren de sistemas de propulsión específicos y materiales que aguanten la dilatación y contracción debido a los cambios bruscos de temperatura. También de sistemas de guiado y alerones que proporcionen cierta maniobrabilidad para alcanzar su objetivo. Todo eso parece haber conseguido China con el WZ-8.
Dron hipersónico
Si bien se desconoce oficialmente cuándo China comenzó a desarrollar el WZ-8, el gran parecido con la aeronave no tripulada estadounidense Lockheed D-21 puede dar alguna pista sobre ello. Esta última participó en algunas misiones de espionaje sobre el gigante oriental en la época de la Guerra Fría y los propios chinos indicaron que consiguieron derribar —o cayeron— varias unidades en su territorio durante estas incursiones secretas.
La encargada de la ingeniería detrás del dron WZ-8 es Aviation Industry Corporation of China (AVIC) quien, según apunta Military Factory, podría haber realizado las labores de ingeniería inversa con los D-21 de los norteamericanos. También puede haber tenido cierto desarrollo común con el misil hipersónico chino DF-17, que hace pocos días probaron en un nuevo lanzamiento.
El cometido principal de esta plataforma aérea es la del espionaje a gran altitud —unos 42.000 metros— como complemento de los satélites de reconocimiento que China tiene en órbita. En particular, el WZ-8 fue especialmente creado para realizar labores de patrulla marítima al sur y este del país, una zona muy delicada, con Taiwán como una de las principales amenazas.
Una de las grandes diferencias del WZ-8 —y de otros drones modernos— respecto a las aeronaves no tripuladas más antiguas es que integran un sistema de control denominado human in the loop, o humano en el bucle. Esto consiste en tener siempre el vuelo del dron bajo control de una persona, consiguiendo aumentar la seguridad, anteponerse a los problemas y centrar el espionaje en una zona relevante. Hace años se programaba un plan de vuelo al dron en tierra y no había manera de modificarlo en vuelo.
Debido a la gran altitud de vuelo del dron chino, se necesitarían armas antisatélite para intentar atajar su labor; una tecnología que muy pocos países tienen disponible. Es algo que juega igualmente a su favor en cuanto a la posibilidad de volar fuera de la atmósfera, donde el rozamiento con el aire desciende al tiempo que incrementa la autonomía de vuelo.
Además del gran desfile de presentación en 2019, se ha podido ver más recientemente en septiembre de 2021 como parte de una exposición aérea en China junto a otros sistemas aéreos no tripulados. Aunque, según recoge Janes Defence Weekly, las 10 unidades estimadas habrían entrado en servicio en 2020 en una base situada en la provincia de Jiangsu (este de China).
Como suele ser habitual, el equipamiento interno del dron WZ-8 se mantiene en secreto. No se ha revelado ningún sistema de los que puede llevar a bordo para no dar pistas sobre sus capacidades reales, pero se apunta que podría intercambiar esta carga enfocada al espionaje por otras mucho más ofensivas. Como, por ejemplo, ojivas explosivas tradicionales, nucleares e incluso de bomba electromagnética.
Motor de cohete
Una de las particularidades del dron hipersónico chino es que necesita de una aeronave nodriza. Según algunos reportes, se ha podido comprobar debido a un par de enganches situados en la parte superior del fuselaje del WZ-8 que se utilizarían como soporte para volar junto a un bombardero de gran tamaño. Por el momento, el dron no ha sido fotografiado a bordo de ninguna aeronave, ni tampoco en pleno vuelo.
Aunque se desconoce qué modelo exacto de aeronave puede lanzarlo, el bombardero Xian H-6N ya se emplea actualmente como nave nodriza de misiles hipersónicos con un sistema de propulsión equivalente al que emplea el dron. La ausencia a simple vista de entradas de aire hace pensar que recurre a un esquema de 2 motores de cohete de combustible líquido, lo que se ajusta a la necesidad de un avión nodriza.
Según recoge Global Security, los motores de cohete tienen un tiempo de encendido estimado de más de 200 segundos, suficientes para escapar de la atmósfera terrestre y recorrer los 5.000 kilómetros de autonomía. Algo que puede ir mucho más allá debido a la propia nave nodriza, que dispone de entre 2.000 y 3.000 kilómetros de autonomía.
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