Dos personas contemplan el edificio de Valencia arrasado por las llamas.

Dos personas contemplan el edificio de Valencia arrasado por las llamas. Reuters

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Miles de edificios construidos entre los años 1996 y 2006 tienen fachadas inflamables como la que ardió en Valencia

El actual Código Técnico de la Edificación es mucho más restrictivo que el de la época en la que se construyó el bloque del Campanar, según los expertos.

24 febrero, 2024 02:22

El voraz incendio en el barrio de Campanar (Valencia), que se ha llevado por delante la vida de al menos diez personas, sigue consternando a la sociedad española. La velocidad con la que se propagaron las llamas —debido a los materiales de la fachada— traslada ahora el foco a miles de otros edificios en España que fueron construidos en la época del 'boom' inmobiliario y que, según los expertos consultados por EL ESPAÑOL, tendrían estos mismos revestimientos termoplásticos en su parte exterior.

"En España hay miles de edificios con estos aislamientos, aunque no todos tienen el mismo riesgo", explica a este periódico María Eugenia del Río, arquitecta y miembro de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM).

El material que se utilizó para revestir la fachada del edificio de Valencia ha sido motivo de controversia desde el mismo momento en el que se declaró el incendio. Sin embargo, en lo que todos los expertos coinciden es que se trata de un elemento altamente combustible.  

Esther Puchades, vicepresidenta del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Valencia y especialista que peritó este edificio, señaló en la televisión pública valenciana que la rapidez con la que se extendió el fuego se debió al fuerte viento y a que la fachada del inmueble estaba construida con un panel composite, formado por láminas de aluminio y poliuretano.

A última hora del viernes, el Colegio Oficial de Arquitectura Técnica de Valencia indicó que en el certificado final del proyecto de la obra no se hacía mención al poliuretano como aislante. De hecho, señaló que lo que pudo haberse utilizado fue lana de roca, un compuesto menos inflamable pero que requiere la utilización de un adhesivo —también vulnerable al fuego— para pegar los paneles de aluminio al aislante.

Más allá del material específico, lo cierto es que el bloque de viviendas se proyectó teniendo en cuenta las medidas de protección contra incendios aprobadas en el año 1996, mucho más laxas que las actuales. No fue hasta 2006 cuando se dio el visto bueno a un nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE). Y es a partir de esta fecha cuando se endurecen sobremanera las exigencias que debe cumplir la composición de materiales y los paneles de revestimiento para poder ser comercializados. De hecho, esta composición ha ido evolucionando desde entonces, ya que entre 2017 y 2019 volvió a restringirse aún más el uso de estos componentes.

Actualmente, el Código Técnico de la Edificación previene situaciones como la acaecida en el bloque de edificios de Valencia. "Por la normativa actual, ya no se permite usar materiales inflamables en fachada", comenta José Luis Esteban Penelas, arquitecto y catedrático de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Europea, a EL ESPAÑOL. 

Esta forma de revestir edificios era algo muy habitual en su momento. "Al final, es una base, que suele ser una tirada de ladrillo y, en vez de colocar una cámara de aire y otra de ladrillo, que sería lo ideal, se instala este sistema que es más barato, más sencillo y más rápido. Hay muchos edificios que no son nuevos, sino que se están rehabilitando energéticamente de esta forma y con este sistema", indica a este periódico Andrés Monerri, arquitecto técnico e ingeniero de la edificación. 

Las placas a la vista tras el incendio.

Las placas a la vista tras el incendio. Efe/Biel Aliño

En cualquier caso, y según la arquitecta Del Río, las circunstancias que se vivieron en el incendio del jueves fueron excepcionales: "En las imágenes se ve que la explosión fue muy fuerte. Enseguida llegó lo de la fachada, que también es raro que ocurra, ya que lo normal es que a los bomberos les dé tiempo a llegar y apagar el fuego en el piso donde se originó. Y luego, una vez que las llamas estaban en la fachada, había tanto viento que el efecto chimenea que se produce en la cámara fue muy grande. Fue un cúmulo de mala suerte". Esteban Penelas también coincide con Del Río en que el suceso del jueves fue "la tormenta perfecta". 

"Revisar los edificios"

Lo cierto es que, en la actualidad el poliuretano se puede usar en algunas partes de los edificios, pero se hace de una forma diferente. "La composición del poliuretano que se permite ahora es mejor, tiene una serie de compuestos [como polvos minerales] que retardan que se inflame y una serie de limitaciones", apunta la arquitecta del COAM.

"Por ejemplo, si se va a utilizar, el límite para ello son tres o cuatro plantas, y se deben colocar cortafuegos, unas piezas metálicas que paran las llamas y que funcionan como los cortafuegos de los bosques", explica María Eugenia del Río. En el caso de tener ya una fachada con revestimiento combustible, "se puede solucionar colocando algo que corte el fuego en el lugar en el que se termina una planta del inmueble para que no se propague".

El edificio valenciano calcinado.

El edificio valenciano calcinado.

También existen otros materiales que hacen de aislamiento como la lana mineral o las placas cerámicas para fachadas, que son más seguras de usar en cámaras ventiladas.

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Mientras se analiza lo sucedido en Campanar, José Luis Esteban Penelas señala que ahora lo que se tendría que hacer es una revisión de todos los edificios que han utilizado un revestimiento combustible. "Lo que se puede pedir desde los Colegios de Arquitectos es que todas las comunidades que tengan bloques de viviendas con este aislamiento procedan a su revisión y a su sustitución". 

Por su parte, Del Río va un paso más allá y asegura que "primero" se debería revisar más aún la normativa. "Por un lado, estamos todos los técnicos como locos forrando los edificios para que haya una mayor eficiencia energética; pero claro, tener un forro al exterior continuo, tiene un riesgo mayor de incendios", lamenta. Por ese motivo, indica que ese forrado "tendrá que hacerse de forma muy controlada, con una serie de medidas para colocar cortafuegos, como la limitación de materiales de reacción al fuego o de plantas de número de alturas". 

En el caso de aquellos edificios que ya cuenten con este aislamiento, la arquitecta señala que "se puede arreglar, pero es un coste muy elevado e imagino que tendrá que haber algún tipo de ayudas e ir revisando todos los edificios". La cosa es aún más complicada, porque según la especialista, cada inmueble se tendría que estudiar por separado para tomar las medidas que se consideren. "Un edificio del siglo XIX no tiene las mismas condiciones que uno de ahora en cuanto a medidas de seguridad", finaliza.