El genial invento español para convertir cualquier bicicleta en eléctrica: se instala en minutos y ofrece una autonomía de 50 km
- El kit de conversión de quita y pon de esta empresa alicantina pesa sólo 2,2 kg y ofrece tres niveles distintos de asistencia al pedaleo.
- Más información: El invento para que montar en bici sea mucho más cómodo: un sillín dividido y articulado que se adapta mejor al cuerpo
La movilidad en España está en plena transformación. Sin embargo, la irrupción de los vehículos eléctricos no está avanzando a la velocidad necesaria para lograr el ambicioso objetivo de la descarbonización total en 2050. En muchos casos, el principal impedimento es el precio, no sólo de los coches, sino también de los nuevos modelos de bicicletas eléctricas que aparecen en el mercado cada semana. Hay que desembolsar una media de 3.000 euros para hacerse con una, según datos de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE), aunque en muchos casos la solución puede ser mucho más ecológica y asequible gracias a los kits de conversión capaces de transformar cualquier bicicleta en eléctrica.
Estos dispositivos permiten 'electrificar' las bicis normales, pero a veces no son fáciles de instalar por personas no especializadas, suelen tener una autonomía muy ajustada y a menudo requieren sustituir elementos enteros como las ruedas. Para solucionar estos problemas, los responsables de la empresa española Spiny, con sedes en Alicante y Valencia, llevan años trabajando en el diseño, desarrollo y fabricación de kits portátiles, removibles y baratos. Su última versión, lanzada en mayo de este mismo año, se instala en cuestión de minutos, permite una autonomía de hasta 50 km y se puede comprar en su propia web por 499 euros, un precio muy inferior al de la mayoría de alternativas disponibles actualmente en España.
"Empezamos a investigar en 2020, por lo que llevamos mucho tiempo de iteración, de prueba y error, y de escuchar después a la gente para ver qué es lo que realmente necesita", afirma Marco Cocchiarella, cofundador y CEO de Spiny, en conversación con EL ESPAÑOL - Omicrono. "Es un cacharro muy portátil, muy pequeño, pesa dos kilos solamente y hemos cuidado mucho su estética. Lo importante es que no convierte tu bici en un aparato con cables y motores, y puedes seguir usándola cuando quieras tanto con asistencia como sin ella".
Proceso de desarrollo
Todo empezó por necesidad propia y por gente que pidió ayuda a este empresario argentino y a sus socios, Maximiliano Gross e Iván Ferrarons Docampo. "Queríamos convertir nuestra bicicleta en eléctrica de una forma distinta, sin perder la bici para seguir usándola de manera normal cuando quisiéramos. Empezamos a ayudar a un familiar que quería volver a usar la bici sin sentir dolor en la rodilla y poco a poco nos dimos cuenta que este problema de la conversión de la bici lo tiene casi todo el mundo".
Cocchiarella defiende que la bicicleta convencional y la eléctrica son muy distintas, sobre todo en el peso, y su empeño era encontrar la manera de "poder poner y quitar el kit sin alterar la bicicleta" de forma "rápida y sencilla". Muchos ciclistas no quieren desprenderse de sus bicicletas de toda la vida, y así nació Spiny, uno de los dispositivos de conversión más ligeros y asequibles del mercado.
Llegar a la nueva versión, que sustituye a la que lanzaron en 2022, "ha sido un proceso largo y difícil, con mucha inversión en ingeniería para que funcione como queríamos". Las mejoras se han centrado en mejorar su portabilidad y adaptación a distintos tipos de bici (salvo las plegables), además de la etapa de potencia y el motor. El resultado es un Spiny "más estético, más pequeño, más compatible y más ligero".
Para Cocchiarella, lo mejor de este kit de conversión es que "no tienes que cambiar nada de tu bici. Sólo hay que instalar una parte fija bajo el sillín, con dos tornillos, y dos sensores inalámbricos para detectar la velocidad y el pedaleo".
Los sensores son los encargados de activar el motor cuando detectan que el usuario pedalea y de desactivarlo si se supera la velocidad máxima permitida de 25 kilómetros por hora. "Todo eso lo instalas en diez minutos con los manuales y los vídeos, sin tener experiencia ni nada. Una vez hecho eso, es un producto de quita y pon con un clic, que en el día a día implica sólo unos segundos".
Fácil instalación
A diferencia de Spiny, la gran mayoría de kits de conversión requieren cambiar la rueda delantera o trasera, y lo único removible es la batería, por lo que el peso extra del motor sigue ahí. En cambio, este invento con sello español permite llevarse el motor y la batería, quitando en un sólo gesto los 2,2 kilos extra, que se pueden llevar cómodamente en una bolsa o mochila. Es en lo que se han volcado en los últimos años los técnicos de Spiny, en "reducir la instalación a la mínima expresión para que poner y quitar la unidad sea lo más rápido e intuitivo posible".
Otra de las peculiaridades del dispositivo es su ubicación en el tubo vertical del cuadro, donde más eficiente puede ser un motor a la hora de asistir al pedaleo e 'impulsar' la rueda trasera. Una vez instalado, lo único que hay que hacer es descargar en el móvil la app de Spiny, disponible para iOS y Android, emparejar los sensores de forma inalámbrica y elegir el nivel de asistencia entre las tres opciones diferentes.
Uno de los aspectos clave en estos aparatos es la autonomía. Para conseguir mejores resultados, "cambiamos la tecnología de las baterías, nos fuimos a las que usan normalmente los coches, las 21/700", explica Cocchiarella. Eso se traduce en una capacidad de 10 Ah y una distancia máxima en ciudad de 50 km, que puede variar dependiendo del recorrido y el nivel de asistencia.
Es una distancia más que suficiente para los trayectos urbanos, pero en Spiny ya están trabajando en lanzar una expansión de la batería, que duplicará la autonomía hasta los 100 km. "Hay gente que quiere más, porque sale a entrenar ya sea para gravel, montaña o carretera. Lo tenemos en desarrollo: ya están los componentes, sólo es cuestión de abrir la línea de producción".
Cocchiarella y sus socios también están ultimando el lanzamiento inminente de otra versión específica para las bicicletas plegables Brompton y ponen todos sus esfuerzos en ampliar su red de distribución. Además de España y varios países de Europa, acaban de dar el salto a Turquía y buscan hacer lo propio en Latinoamérica. "Queremos crecer desde España al resto del mundo", concluye.