Boyas de Ocean Oasis Omicrono
Agua potable para 15.000 viviendas: el nuevo proyecto canario que desaliniza agua usando la energía de las olas
Comienza en Canarias el proyecto DesaLIFE que desaliniza agua de mar sin consumir electricidad, generándola de forma renovable.
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En las últimas semanas, las lluvias han tenido gran presencia en España, pero esta acumulación de precipitaciones no termina de solventar la sequía prolongada que sufren regiones como el sureste de Andalucía, Murcia, Canarias y las cuencas internas de Cataluña. De continuar la situación, con el fin de los meses lluviosos y el aumento de las temperaturas en verano, la situación sería crítica y requeriría de soluciones alternativas para proporcionar agua potable a la población.
Tecnologías como las desaladoras portátiles o marinas aspiran a solventar la escasez de agua, evitando incrementar otros problemas como el consumo eléctrico. Diferentes proyectos de innovación en todo el mundo se enfocan en mejorar los procesos de desalinización haciendo uso de energías renovables como las placas solares o, en su medio natural, la tecnología undimotriz que aprovecha el movimiento de las olas.
Este mes de enero se ha dado el pistoletazo de salida para el proyecto DesaLIFE (Desalinización para la Sostenibilidad Ambiental y la Vida) en Gran Canarias. Esta iniciativa se basa en la tecnología desarrollada por el grupo noruego Ocean Oasis que propone una solución fácil de instalar y escalar, que depende únicamente de energías renovables.
Con la energía de las olas
La tecnología consiste en una plataforma flotante, una boya de gran tamaño, que desala agua de mar mediante un proceso de ósmosis inversa. Para ello, se utiliza únicamente la energía de las olas, por lo que no consume electricidad de la red evitando las emisiones de CO2 vinculadas al sistema tradicional.
La iniciativa lleva ligada a Gran Canarias años. En sus costas, Ocean Oasis presentó en 2022 uno de sus prototipos de boya, Gaia, con 7 metros de diámetro y 10 metros de altura. El modelo pesaba 100 toneladas. Este modelo ha estado a prueba desde entonces para mejorar el sistema y aplicar lo aprendido en la nueva fase que se inicia ahora.
Presentación de Gaia Omicrono
Las unidades pueden instalarse a entre 1 y 5 km de la costa, sin necesidad de ninguna fuente de alimentación externa, y eliminan la salmuera de forma segura sin afectar al ecosistema marino. Actualmente existen dos métodos predominantes para desalinizar: en uno se usa calor para evaporar el agua y separarla de la sal, el cual supone un alto gasto de energía; y en otro se realiza por membranas, conocido como ósmosis inversa.
El primero se utiliza en inventos recientes donde el sol en pleno mar produce el calor necesario para no consumir electricidad. En el segundo método, la ósmosis inversa, es el elegido en este proyecto canario y el agua sin purificar se somete a una presión (que puede llegar a varias decenas de bares) para que atraviese la membrana que consigue atrapar iones, moléculas y partículas grandes.
Se suele añadir una base al agua tratada para cargar negativamente el ácido bórico, presente de forma natural en el agua de mar, pero también por las partículas provenientes de las plantas de tratamiento de aguas residuales. Un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan y la Universidad de Rice ha presentado recientemente una solución para eliminar de forma más efectiva el boro reduciendo la complejidad de estas instalaciones.
La empresa Ocean Oasis no detalla las características de su proceso de ósmosis, pero sí que la fuente de la energía necesaria es la undimotriz. La boya extrae la energía de las olas a través del movimiento relativo de dos cuerpos y aprovecha esta energía directamente para realizar un proceso de desalinización por ósmosis inversa sin necesidad de producir energía eléctrica, aumentando así la eficiencia del proceso.
Ilustración de las boyas en el puerto Omicrono
El prototipo de esta boya se ha puesto a prueba previamente tanto en la costa canaria como en la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN), más concretamente, de su Banco de Ensayos, un peculiar laboratorio natural en el que todo tipo de entidades pueden testar sus prototipos antes de escalarlos.
Las boyas desaladoras de este proyecto tienen como objetivo ofrecer 2.000 metros cúbicos de agua potable al día, lo que equivale al consumo que realizan 15.000 personas. La compañía asegura que su solución puede suministrar agua potable a un coste similar al de cualquier otra solución, "siempre que el entorno de las olas sea adecuado".
Frente al resto de opciones, esta tecnología destaca por ser escalable, se puede instalar rápidamente todas las boyas que se necesite, y no generan emisiones ni ocupan espacio en tierra firme. El suministro de agua se produce desde el primer día, justo después de que la planta haya sido remolcada a su ubicación en el mar.
Otras soluciones
Este año también se inicia otro interesante proyecto de energía undimotriz en las costas españolas. La empresa australiana Carnegie Clean Energy acaba de recibir la autorización para desplegar su peculiar diseño, llamado CETO, en la costa de Bilbao en 2025. Sus dispositivos son boyas completamente sumergidas a varios metros bajo la superficie del mar.
Otras instalaciones llevan años en funcionamiento. Centrales como las de Eco Wave Power instaladas en Portugal, Gibraltar y la costa española de Baleares también utilizan flotadores y un brazo hidráulico que comprimir y descomprimen pistones hidráulicos para generar energía para 23.000 hogares. sin embargo, mecanismos hay muchos. Diferentes diseños en busca de la solución más eficiente y resistente a la fuerza del mar.
En Valencia, la empresa WEC (Wave Energy Center) propone una plataforma circular flotante, como un inmenso salvavidas o una argolla, se mueve en la superficie del mar atado por varios cables al fondo marino. Según se deja balancear por las olas, los cables se enrollan y desenrollan en el fondo, activando las turbinas que generan la electricidad. Esta central prometía en su instalación unos 130.000 kilovatios al año.
Central eléctrica undimotriz de Omicrono
Frente a otras renovables como la solar o la eólica, la energía de las olas del mar es predecible de antemano y se puede combinar con la desalinización para destinar esa agua potable a numerosos usos como la acuicultura, aprovechando los más de 8.000 kilómetros de costa que rodean a España.
