¿Imaginan?
El autor, suscriptor de EL ESPAÑOL, se pregunta qué ocurriría si en la investigación de la masacre de París se produjeran tantas anomalías como en la del 11-M.
¿Imaginan que los materiales del entorno de una de las explosiones de los atentados de París quedan apartados de la investigación durante un año?
¿Imaginan que dentro de ese año, habiendo ordenado el juez realizar por especialistas policiales un informe sobre las explosiones, esos especialistas visitan discretamente esos restos sin que ni siquiera hagan constar en su informe su existencia?
¿Imaginan que dentro de 8 años aparecen casualmente guardados en un escondrijo de un apartado taller de las afueras de París todos esos materiales?
¿Imaginan que tras la publicación de su existencia la fiscalía ordena el precintado de su escondrijo y procede a elaborar un informe sobre lo ocurrido?
¿Imaginan que en su informe la fiscalía afirma que todo es normal, que esos restos se guardaron con vistas a nuevas investigaciones?
¿Imaginan que no se hace referencia alguna a la realización de esas nuevas investigaciones, evocadas por la fiscalía, durante los 8 años de ocultación de esos restos?
¿Imaginan que dentro de 8 años no se sabe todavía qué explotó en ese lugar mientras esos restos siguen secretamente ocultos y que se ha analizado únicamente una pequeña bolsita de muestras que no permite descubrir la naturaleza del explosivo?
¿Imaginan que, al cabo de esos 8 años, mientras los restos están a disposición judicial y mientras se efectúa el informe de la fiscalía, no se aprecia que los precintos se levantaron para entrar en el escondrijo a ver qué hay en su interior, y que los restos no se movieron en absoluto para observarlos y redactar ese informe?
¿Imaginan que, sin conocerse decisión alguna sobre su futuro y sobre su desprecintado, dentro de nueve años, los restos son impunemente robados junto con el propio escondrijo?
¿Imaginan que ese robo se realiza con presencia policial, y hasta con ayuda policial para facilitar la circulación de los camiones de los ladrones?
¿Imaginan que nadie trata de llevar a esos ladrones ante la justicia, a pesar de estar identificados?
¿Imaginan que no se abre ninguna investigación de los motivos que tuvieron los agentes policiales para actuar de esa manera ante los ladrones?
¿Imaginan que a pesar de la publicación de todos esos increíbles hechos no se abre investigación alguna sobre ellos ni sobre el destino final del latrocinio de unos materiales que estaban precintados y a disposición judicial?
Todo parece absurdo, inimaginable, inventado ¿verdad?
Pues bien, todo eso pasó con uno de los trenes del 11-M.
***Carlos Sánchez De Roda es suscriptor de EL ESPAÑOL y autor del libro Los trenes del 11-M. Las pericias necesarias. (última línea), 2015.