Las sociedades no se degradan de la noche a la mañana. Han ido ocurriendo muchas cosas, se han sucedido muchos actos de bajeza moral para que haya sido posible que el Parlamento de Cataluña, una institución de nuestra democracia, reciba oficialmente y con honores a un terrorista.
Todo empezó con Zapatero y sus planes de "paz", ese indignante camelo con el que se adormiló a la sociedad española, extendiendo el cloroformo servido desde la Moncloa con una enorme complicidad mediática.
Todo siguió cuando los testaferros de ETA entraron en las instituciones, a gobernarnos o a sentarse entre nosotros, como si fueran parte del paisaje democrático.
Todo siguió cuando todos los partidos políticos, excepción del partido del que yo formaba parte, UPyD, les dieron la bienvenida y se negaron a iniciar un procedimiento de ilegalización que tantas veces solicité siguiendo las exigencias establecidas por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Todo siguió cuando se convirtió en "normal" que dirigentes socialistas, esos que aspiraban a gobernar con Ciudadanos o Podemos -que más les da a los unos y a los otros- reclamaban la libertad del terrorista Otegi y alababan su "contribución a la paz".
La cosa se ha venido pudriendo y así, de forma natural, hemos llegado a este espectáculo repugnante. Más de una vez he dicho que los problemas con la Justicia de algunos grandes prebostes del nacionalismo catalán estaban animando al secesionismo catalán.
Hoy observo con horror que a esa pulsión de liberarse de la Justicia se suma la de convertir a Cataluña en tierra de acogida de terroristas. Y quien tiene por costumbre blanquear dinero inicia el blanqueo de la historia de ETA encarnada en uno de sus miembros más conocidos.
Los independentistas ponen a Otegi como ejemplo para la sociedad catalana y éste les devuelve el favor poniéndoles como ejemplo para los vascos... Qué asco.
Pero no sé por qué me extraña que una institución que se ha declarado fuera de la ley, que incumple las sentencias de los tribunales, que retuerce la democracia para dejar desprotegidos a los no nacionalistas rinda honores a un terroristas... Cada uno con los suyos.
Otegi estuvo, dice, como en casa. Pues no hay más que hablar.
*** Rosa Díez es cofundadora de UPyD.