La manifestación que se ha celebrado este jueves en Caracas para exigir la celebración de un referendo sobre el mandato de Nicolás Maduro es toda una declaración de intenciones por parte del pueblo venezolano. Según la oposición, más de un millón de personas ha atendido una protesta cargada de tensión, ya que el régimen del presidente chavista ha llevado a cabo una verdadera campaña de intimidación para obstaculizar la celebración de la marcha.
Los ataques por parte del Gobierno en contra de Voluntad Popular, el partido del opositor Leopoldo López, han aumentado en los últimos días, mientras que horas antes de la movilización dos alcaldes opositores del estado central de Guárico eran arestados por los servicios de inteligencia.
Maduro ha intentando ignorar el descontento general alegando que la manifestación no es más que “un plan golpista”, a pesar de que según las últimas encuestas, él no pasa de un 21% de aceptación entre los venezolanos. Una vez más vuelve a quedar claro que el sucesor de Chávez carece del más elemental sentido democrático, ya que está dispuesto a todo con tal de aferrarse al poder.