La iniciativa del Ayuntamiento de Madrid de abrir una radio municipal es un disparate, más aún cuando el consistorio arrastra una deuda estratosférica. Radio M21, la emisora impulsada por Manuela Carmena, comenzará a emitir en pruebas a partir del 26 de septiembre sin que existan argumentos para justificar su puesta en marcha. La radio costará al contribuyente unos 700.000 euros, presupuesto que ascenderá a la friolera de un millón de euros anual a partir de 2017, un despilfarro en una ciudad lastrada por un agujero de 4.729 millones de euros.
La oferta informativa en manos privadas es muy amplia en Madrid, y ni siquiera existe el argumento de la existencia de una lengua propia distinta del castellano que merezca una protección especial por parte de la Administración.
Existen además motivos fundados para temer que esa radio acabe siendo un órgano propagandístico de Ahora Madrid, un 'Aló Carmena' a mayor gloria de la alcaldesa. De hecho, en su gestación ya hay elementos poco claros: todos los partidos de la oposición han denunciado la contratación irregular de empleados e incluso el PSOE, socio de gobierno de Carmena y partidario de la radio pública, ha criticado la falta de "publicidad y transparencia" en el proceso.
La prioridad de Ahora Madrid debería ser el saneamiento de las cuentas, la gestión del tráfico, de la limpieza, el cuidado de jardines y la inversión en políticas sociales, en ningún caso la creación de una radio a cargo del erario.