La entrevista en exclusvia de EL ESPAÑOL a Luis Roldán en vísperas del estreno de la película El hombre de las mil caras, sobre la vida de Francisco Paesa, incluye afirmaciones sobre el destino de los fondos públicos robados en los años 90 que no deberían caer en saco roto.
El ex director general de la Guardia Civil, protagonista de uno de los escándalos más sonados de la era González, señala directamente a Paesa, el agente del Ministerio del Interior que facilitó su detención, como la persona que se apropió de los 1.500 millones de pesetas que él había sustraído. Lo hizo con el auxilio de su sobrina, vía Singapur.
"Le pediría que devuelva el dinero a la Hacienda Pública en mi nombre", manifiesta Roldán en referencia a Paesa, molesto por el final que tuvo esta historia. Él pagó con la cárcel y el espía disfruta de una vida plácida en París.
La cinta de Alberto Rodríguez que se estrena este viernes presenta a Paesa envuelto en un aura de personaje legendario. Sin embargo, aunque ciertamente el ex espía tiene una vida muy cinematográfica, el final debería escribirlo la Justicia.
La acusación que Roldán lanza sobre Paesa es rotunda, confirma las sospechas que siempre existieron sobre las artimañas del agente y debería llevar a la Justicia a comprobar su verosimilitud. Es deber del Estado intentar recuperar un dinero público que se esfumó y por el que, incomprensiblemenete, nunca se movió un dedo.