El exfiscal de la Audiencia Nacional Juan Antonio García Jabaloy ha sido contratado para colaborar en la defensa en el 'caso Púnica' por la mujer del exconsejero madrileño Francisco Granados, Nieves Alarcón. Este fichaje, aun siendo perfectamente legal, debería reabrir el debate sobre las puertas giratorias en el ámbito de la Justicia.
Hasta hace tan sólo unos meses, García Jabaloy, que en el pasado fue jefe directo de la actual fiscal del caso, María Teresa Gálvez, ejerció en la Audiencia Nacional. Sin ánimo de poner en duda la independencia de los miembros del Ministerio Público, es evidente que el fichaje de este exfiscal como co-abogado defensor de Nieves Alarcón puede levantar de cara a los ciudadanos suspicacias inconvenientes en uno de los procesos de corrupción política más graves. Hay que tener en cuenta que esta investigada hace frente a serias imputaciones delictivas tras aparecer como titular, junto a Granados, de varias cuentas en Suiza con fondos de procedencia ilícita.
Es necesario abordar cuanto antes una regulación adecuada de las situaciones en las que, sin solución de continuidad se puede pasar de la Judicatura o la Fiscalía al ejercicio de la abogacía y viceversa.